Tarde de lluvia en el granero

Vinieron ya al festival el año pasado, y la incuria municipal actual (Matanzos, Manzano) los echó hacia el descampado, porque eran cómicos ambulantes y no sentaban bien al horror de la catedral de la Almudena y al galicismo arquitectónico del Palacio de Oriente. Y al descampado han vuelto, y aun allí les persiguen los críticos municipales. En este campo del parque del Oeste, con la lluvia batiendo sobre la lona valiente de la carpa, los chicos del Footsbam Travelling Theatre hacen un Romeo y Julieta como lo harían una tarde de invierno y aguacero en el pajar granja; rústico, divertido, sentimental. Quizá los dos protagonistas sean un poco sosos: pero tienen la edad de los personajes -14 años, Julieta- y son de la nueva generación de la compañía, nacidos en el viaje y educados en la escuela que llevan consigo. Quizá falten trozos de texto de Shakespeare (el final, el de la reconciliación de las dos familias obligadas: es mejor así, ahora ya sabemos que no existen esas reconciliaciones) y haya licencias, y broma: pero la tragedia llega, y el contacto con el público. Es un cuento delicioso y amoroso, un juego musical expresivo y bien ejecutado, y de tipos y de trapos. Va gente muy joven y pega, se adhiere al espectáculo. Y se aplaude a la compañía, se les espera el año que viene. Éste han tenido que prorrogar hasta el día 24: la carpa se llena.