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Reportaje:

La resolución de la discordia

Malestar entre los 'cascos azules' por la decisión sobre Krajina del Consejo de Seguridad de la ONU

Ramón Lobo

La resolución 871, adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU el pasado 4 de octubre, aumenta el riesgo de una nueva guerra en la región de Krajina, donde la tensión es grande.El general Jean Cot, comandante en jefe de las Fuerzas de Protección de las Naciones Unidas en la antigua Yugoslavia (Unprofor), considera que el citado Consejo aprueba constantemente resoluciones para detener la matanza en la guerra de Bosnia, pero no envía las tropas suficientes para cumplir la misión de pacificación. Otras fuentes de Unprofor, en Zagreb, critican la situación más duramente y tildan de "irresponsable" el texto recién aprobado.

Para el presidente croata, Franjo Tudjman, se trata en cambio, de una gran victoria política, -"la primera que logra", apunta con ironía un analista local-, pues implica con claridad a Unprofor en la recuperación de dichos territorios. Para los serbios de Krajina y Eslavonia, la resolución es una simple declaración de guerra y ya han advertido que no cederán ni un solo centímetro de la tierra conquistada. Aunque Zagreb carece de capacidad militar para recuperar la totalidad de Krajina, sí está en condiciones de lanzar un gran ataque localizado, reconocen en Unprofor. "Lo que Tudjman trata de impedir es que el problema se enquiste, es decir, evitar a toda costa la repetición del caso de Chipre en Krajina", asegura un embajador occidental.

El cuartel general de Unprofor en Zagreb parece un velatorio. Una pared de 50 metros de largo y uno de alto de ladrillos marrones y ocres, colocados de forma artesanal, cubre una de sus alas, la de la entrada principal. En cada uno de esos ladrillos está escrito a mano el nombre de un croata fallecido en la guerra contra Serbia.

"Es el nuevo muro de Berlín", bromean los oficiales de Unprofor encargados de la seguridad de la puerta. A pesar de ello, en el cuartel de Zagreb nadie se toma a chanza la animadversión hacia los cascos azules. "Existe una creciente hostilidad hacia nosotros", reconoce apesadumbrado un oficial español. "Se nos culpa de no haber podido recuperar Krajina y Eslavonia".

Déficit de fuerzas

La resolución 871 no ha mejorado las cosas. Aunque ésta reconoce las principales demandas croatas, no tiene en cuenta el déficit existente de 4.000 cascos azules, que impide llevar a cabo de forma correcta la misión, y coloca a Unprofor en una delicadísima situación negociadora con los serbios de Krajina y Eslovenia.Un destacado miembro de los servicios civiles de Unprofor no duda en calificar de "irresponsable" la resolución, pues, a su juicio, no ofrece una sola mención al problema de las minorías, "que es la clave del problema", afirma.

Los embajadores comunitarios, que forman en Zagreb una especie de club de opinión con reuniones periódicas, son también pesimistas. Creen que un recrudecimiento de las hostilidades en Krajina es, a corto plazo, absolutamente inevitable. "Tudjman ha llevado la tensión verbal a un punto que no tendrá más remedio que pasar a la acción", asegura uno de ellos.

La resolución 871, aprobada por unanimidad el 4 de octubre por el Consejo de Seguridad, reafirma el compromiso de la ONU de asegurar el respeto a la soberanía e integridad territorial de Croacia; amenaza a los serbios de Krajina y Eslavonia con "serias consecuencias" si no cooperan en la puesta en vigor de esta resolución; reclama la restauración de la autoridad croata en las zonas ocupadas por los serbios y "autoriza" a Unprofor a tomar las medidas de defensa necesarias, "incluido el uso de la fuerza", para asegurar su seguridad y el cumplimiento de la misión.

Drago, un espigado vendedor de frutas próximo a la plaza del Mariscal Tito, es optimista. "Los chetniks [milicias serbias] saldrán corriendo en cuanto movamos un dedo", espeta sin dudar. Las noticias de la matanza de la zona de Gospic, donde el Ejército croata asesinó a sangre fría a no menos de 70 serbios y dinamitó 500 casas, no impresionan lo más mínimo a Daniel. "¿Civiles inocentes?", pregunta con gran sorpresa. Tras meditar un instante, dispara sin pestañear: "No existe un solo serbio inocente".

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