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Una reforma incompleta

La salud mental es uno de los servicios del Insalud cuyas competencias se han traspasado a todas las comunidades autónomas, incluso en aquellas en las que no se ha realizado la transferencia total de competencias en materia de sanidad.El médico de cabecera es la pieza clave en la asistencia de lo que se consideran trastornos leves -depresiones, insomnios, ansiedad, estrés- En algunos casos, el médico remite al paciente a los centros de salud mental que dependen de la comunidad autónoma. Pero en la mayoría de los casos estos trastornos se tratan de manera ambulatoria, con alguna medicación.

Las asociaciones de afectados denuncian, en este sentido, la falta de atención que padecen grupos como el de las amas de casa o los adolescentes, que necesitan en un momento dado apoyo por un trastorno pasajero, pero que puede derivar en uno más grave si no se trata a tiempo de forma adecuada. En España, al menos una de cada diez personas sufre al año una alteración de este tipo, según la Federación Española de Asociaciones de Familiares y Enfermos Mentales (FEAFES). Y el consumo de psicofármacos ronda los 500 millones de comprimidos al año.

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En los casos más graves, el médico de cabecera remite al enfermo a los centros de salud mental, dependientes de la comunidad, del área en la que vive el paciente. En algunos casos estos centros trabajan en colaboración con otros servicios de rehabilitación que dependen de programas establecidos por las consejerías de asuntos sociales. A través de estos programas se intenta reinsertar a los pacientes crónicos que proceden de los antiguos manicomios y, en general, proporcionar un apoyo que facilite la socialización del enfermo.

Internamientos

El problema más grave son los enfermos agudos, que sufren ataques frecuentes, y los que requieren internamiento. Ésta es, según todos los afectados, una laguna de la reforma. "El sistema nacional de salud no cubre la infraestructura necesaria para el internamiento en un centro cuando una persona tiene un problema grave, y ésta es nuestra exigencia más urgente", afirma José Cabrera, representante de la Federación Mundial de Salud Mental en España.

Los grandes hospitales tienen unidades de hospitalización breve para los casos agudos. Pero la hospitalización a largo plazo es imposible, la mayoría de las veces, a través de la Seguridad Social y tiene que hacerse de forma privada. La escasez de camas no soluciona el problema cuando existen centros financiados por la comunidad autónoma. En otros casos, simplemente no existen.

La reforma pretendió terminar con la institucionalización por sistema y con la figura de los manicomios, pero dejó un vacío en todos esos casos en los que el internamiento es necesario, bien porque la familia no puede atender al enfermo, bien porque no la tiene. En algunas comunidades se han creado fundaciones tutelares para paliar este abandono.

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