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"No se si me alcanzará el tiempo"

Durante el próximo mes y medio, Adolfo Bioy Casares será investido doctor honoris causa por las universidades de Grenoble, Clermont Ferrand y Pau, y más tarde recibirá un homenaje en Londres. A primeros de diciembre, ha de estar en Madrid para participar en las deliberaciones del jurado del Premio Cervantes, que él mismo recibió en 1990. El autor de La invención de Morel y Dormir al sol se toma el ajetreo con filosofía.Adolfo Bioy Casares vive constantemente con un par de novelas y varios cuentos dándole vueltas en la cabeza. "Es una cuestión de rapideces y lentitudes", dice, "soy un inventor rápido, pero un redactor lento. Cuando era más jóven, confiaba en tener argumentos para toda la vida. Ahora comienza a preocuparme el tiempo que me pueda quedar. Sigo con varias ideas en la cabeza y puedo tener gran ilusión por una novela futura, pero no sé si me alcanzará el tiempo para escribirla".

El campeón desparejo, su última obra (de inminente aparición, publicada por Tusquets), es, según Bioy, "la historia de un hombre parecido al Quijote, un desfacedor de entuertos, que en ocasiones es un campeón y otras veces no tiene fuerza ninguna. La fuerza le llega siempre de los otros y la última vez que tiene que actuar ya sabe que no va a recibir esa ayuda, pero aun así lucha y vence".

"Gigantes y enanos"

Adolfo Bioy se cuenta entre esos autores que, para incitar al lector, recurren a máscaras, gigantes y enanos. Yo no escribo literatura fantástica; la practico. Y escribo plácidamente, con felicidad. Soy laborioso, escribo con voluntad de versión definitiva, pero corrijo muchísimo, y eso es algo que, cuando lo digo, suele producir desazón. No veo por qué: yo no hago trampas".El autor afirma: "Para mí es imprescindible escribir para vivir. No es que crea que lo que escribo es utilísimo, pero me siento bastante culpable cuando no escribo: yo tengo una gran pasión por la escritura, pero también una notable vocación por haraganear. Siento siempre una cierta dificultad para escribir la primera página de cualquier texto. No es el famoso temor a la página en blanco; es la dificultad de comenzar, de hacer que todo empiece a deslizarse; luego ya sé cómo continuar, pero es como si tuviera que aprender a escribir cada nuevo texto".

¿Qué es lo que hace de un escritor un gran artista? Tras musitar "vaya preguntita", Adolfo Bioy dice: "De algún modo, los grandes escritores apelan a los sentimientos más profundos de las personas y lo hacen en un lenguaje terso, natural, accesible para muchas sensibilidades".

"Muchas veces he pensado en la frase latina Habeant sua fata libeli [los libros tienen su propio destino]", reflexiona el escritor a propósito de la difusión de su obra: "¡Quién podía imaginar cuando escribía esos libros que un día me iban a dar premios, que me recibiría un rey y me rendirían homenajes cuando, por mis propios esfuerzos, no pude graduarme como abogado ni en Filosofia y Letras!".

El Quijote es para Bioy Casares algo más que una obra cumbre de la lengua; para él fue la revelación que le condujo a la literatura. "Ya había escrito anteriormente, pero es la pura verdad que decidí ser escritor después de leer el primer capítulo del Quijote. Me dieron ganas de despertar en los lectores la ansiedad y la fascinación que Cervantes había despertado en mí".

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