Los países del antiguo Pacto de Varsovia apoyan al Kremlin.

Los países del centro y del este de Europa que estuvieron en la órbita de la antigua Unión Soviética han seguido con inquietud el desarrollo de los acontecimientos en la capital rusa y, en líneas generales, han expresado su apoyo al presidente ruso, Borís Yeltsin, en su combate contra el Parlamento. China, por su parte, ha expresado su preocupación "por el baño de sangre" en Moscú.Los presidentes de las repúblicas checa y eslovaca, Václav Havel y Michal Kovac, respectivamente, manifestaron ayer su apoyo a Yeltsin y condenaron a quienes provocaron la violencia armada en las calles de Moscú.

El presidente de Bulgaria, Yelio Yelev, expresó ayer su convencimiento de que "el golpe comunista y fascista está condenado al fracaso y que la democracia en Rusia se hará con el triunfo en las elecciones parlamentarias".

El primer ministro húngaro, Jozsef Antall, dijo que su Gobierno "mantiene el apoyo a Yeltsin y a las fuerzas reformistas que están con él", y destacó el peligro que podría significar para la consolidación de la democracia el "que las fuerzas comunistas y conservadoras rusas tomaran el poder".

'To que los adversarios de Yeltsin provocaron el 3 de octubre es inadmisible", declaró ayer el ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Krzysztov Skubiszewsky, antes de subrayar que Yeltsin contó con el apoyo de Polonia "desde el comienzo de la crisis y continúa gozando de él".

El presidente de Rumania, Ion Iliescu, manifestó ayer que su país "estaba al lado de las fuerzas democráticas de Rusia".