España aspira a acceder con mayor frecuencia al futuro Consejo de Seguridad ampliado

El ministro de Asuntos Exteriores español, Javier Solana, expuso ayer sus ideas sobre la reforma pendiente de Naciones Unidas. Se pronunció por ampliar con moderación el número de participantes en el Consejo de Seguridad y mencionó también la creación de nuevas categorías de países que, sin llegar a ser miembros permanentes del máximo órgano de la ONU, accederían con más frecuencia a él. Aunque el jefe de la diplomacia española no lo dijo explícitamente, España aspira a formar parte de este grupo, según fuentes diplomáticas.

Solana fue menos cauto que la mayoría de sus homólogos occidentales, que apenas evocaron la reforma de la ONU en sus alocuciones desde la tribuna de la Asamblea General, pero no se privaron de discutirla en sus entrevistas bilaterales. Dedicó casi la mitad de su discurso a exponer sus ideas sobre una reforma de la Carta que deberá estar ultimada en 1995. Su objetivo es hacer de la ONU una organización representativa del mundo surgido tras el final de la guerra fría.Para lograr este propósito hay que "aumentar la representatividad" del Consejo de Seguridad, pero sin mermar su eficacia, subrayó el ministro español. Deberán estar presentes más países en el máximo órgano de la ONU, unos permanentes, pero sin derecho de veto, y otros que, sin llegar a ocupar constantemente un escaño, deberían rotar en el puesto con mayor frecuencia que los demás.

Actualmente, el Consejo de Seguridad está compuesto por cinco miembros permanentes con derecho de veto (EE UU, Rusia, Francia, Reino Unido y China) y 10 no permanentes, elegidos en función de criterios geográficos y por un periodo de dos años, entre los que figura España desde el 1 de enero pasado. Por ese motivo, la diplomacia española desempeñará un cierto papel en la discusión sobre la reforma de la ONU.

El ministro español no nombró países susceptibles de entrar a formar parte en el futuro del Consejo de Seguridad -Alemania, Japón, Brasil, Nigeria y la India aspiran a un escaño permanente-, pero sí expuso requisitos que, en su opinión, deben cumplir los candidatos a dirigir la ONU. Uno fundamental es "la contribución de los Estados miembros al mantenimiento de la paz y la seguridad internacional (...)".

Voluntad política

Concretamente, los países que roten con frecuencia en el máximo órgano de Naciones Unidas deberán ser, según Solana, "Estados con peso e influencia en las relaciones internacionales y que cuenten con la capacidad y la voluntad política de contribuir de forma significativa a la realización de los propósitos y principios de la ONU", empezando por participar en las operaciones de paz.A la diplomacia española le hubiese gustado, comentan las mismas fuentes, que prosperase la idea del ex primer ministro italiano, Giulio Andreotti, de otorgar a la Comunidad Europea (CE) un puesto permanente en el Consejo de Seguridad, pero como esta sugerencia no fue asumida por los Doce, Asuntos Exteriores "ha diseñado un traje a medida para intentar sentarse con cierta asiduidad en la cúpula de la ONU" y no cada 10 años, como viene siendo el caso.

Para lograr su propósito, la diplomacia española cuenta no tanto con sus socios de la CE, sino con los latinoamericanos, con los que ha iniciado un diálogo en el marco de la Cumbre Iberoamericana. "Nos gustaría alcanzar una posición común sobre algunos conceptos", comentó Solana tras mantener en Nueva York varias entrevistas con colegas de América Latina.

Contribución española

El ministro resaltó a continuación en su discurso la contribución española a las fuerzas de la ONU, y especialmente a Unprofor II en Bosnia. "Quiero aprovechar", añadió en tono solemne, "para rendir tributo a quienes han dado su sangre y sus vidas al servicio de estas misiones de carácter pacífico y humanitario (...)". La presencia de cascos azules españoles en varios escenarios dio pie a Solana para instar a la ONU a definir con "la máxima precisión su mandato". También pidió que el Consejo de Seguridad sea regularmente informado de la evolución de la operación y abogó por la instauración de un mecanismo de consulta entre los Estados involucrados en una determinada misión.Con la mente puesta en los caídos españoles en Bosnia, el titular de Exteriores condenó el uso de la fuerza contra el personal de Naciones Unidas y solicitó al Consejo que "adopte las medidas apropiadas, comenzando por exigir la debida responsabilidad a los autores de estas acciones".

Con anterioridad, Solana se había entrevistado con su homólogo croata, Z. Skarabalo. España considera a los aliados de Zagreb en Bosnia responsables de buena parte de las víctimas en las filas del contingente español.

Solana dio finalmente un repaso a las principales cuestiones de la actualidad internacional, sin olvidarse de mencionar, como hace cada año la diplomacia española, el "anacronismo" que constituye la pendiente "descolonización de Gibraltar".