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Otra presunta etarra detenida presenta hematomas tras pasar por centros de la Guardia Civil

El juez Bueren ordenó que se fotografiase a María José Lizarribar antes de ingresar en prisión

María José Lizarribar, de 32 años, detenida el pasado lunes por su supuesta relación con ETA, presenta 22 hernatornas externos, según el examen médico al que fue sometida el pasado sábado. El juez dos, por tanto, tres o cuatro días antesen brazos y piernas. Según la detenida, las señales se deben a los malos tratos policiales. La mayoría de la veintena de detenidos a lo largo de la pasada semana en el País Vasco por su relación con ETA hadenunciado malos tratos. Una de ellas, Miren Gurutze Yanci, falleció en Madrid por causas aún no determinadas, mientras Xabier Galparsoro, que cayó el viernes desde el segundo piso de la Jefatura de Policía de Bilbao, murió ayer.

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Lizarribar fue detenida por la Guardia Civil en Rentería (Guipúzcoa) a las nueve y cuarto de la noche. Hasta las diez y media de la mañana del día siguiente, estuvo en el cuartel de Intxaurrondo (San Sebastián) y posteriormente fue trasladada al cuartel de la Guardia Civil de Tres Cantos, a 20 kilómetros de Madrid. Fue en este centro donde también estuvo detenida Yanci, quien falleció el viernes pasado. Lizarribar denunció el pasado sábado ante el juez Bueren que había sufrido malos tratos en las dependencias de la Guardia Civil en San Sebastián, y que padecía hepatitis C y sordera. La Guardia Civil asegura que Lizarribar ya presentaba moratones cuando fue detenida. Diversos médicos consultados precisan que, por el color de las manchas -verde violáceos, según el informe de la prisión-, se trata de hematomas de origen reciente. Ninguno de los hematomas revestía gravedad, por lo que el médico que la examinó en Carabanchel no ordenó su ingreso en el hospital penitenciario, sino en una celda normal. El juez Bueren pretende ahora que sean cotejados los hematomas que presentaba Lizarribar cuando acudió ante él con los reseñados en el informe del instituto armado. El forense que atendió a la detenida en la Audiencia Nacional no determinó en ningún momento que los hematomas fueran-resultadode malos tratos. No obstante, la detenida aseguró al juez que sufrió malos tratos. Todos los moratones que presentaba Lizarribar estaban en los brazos y las piernas. Ella dijo al forense de la Audiencia Nacional que tenía predisposición a la formación de hematomas. - De la veintena de detenidos la pasada semana en el País Vasco, un total de 14 pasaron a disposición judicial el sábado, antes de que concluyeran los plazos de detención y sin haber acabado aún los interrogatorios. Bueren ordenó ese paso de forma apresurada como medida cautelar, ante la denuncia sistemática de malos tratos, en todos los casos ceñidos al cuartel de Intxaurrondo, donde en el pasado ha habido casos que han concluido con condenas por torturas y malos tratos.

Como Lizarribar, todos los detenidos estos últimos días me nos uno han denunciado malos tratos. Ese tipo de denuncias son habituales entre los etarras arrestados, pero en este caso se ha detectado un punto común relativamente novedoso: casi todos los denunciantes manifestaron que fueron torturados mediante la inmersión en una bañera, práctica que hacía meses que no se mencionaba. Uno de los detenidos, que ni siquiera pasó a disposición judicial fue José Julián Irastorza, el marido de Yanci. Irastorza manifestó a los periodistas el sábado pasado que en el cuartel de Intxaurrondo le pusieron una bolsa de plástico en la cabeza mientras le vejaban e insultabarí.

Autopsia de Yanci

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Con respecto a la autopsia practicada a Miren Guretze Yanci el pasado sábado, la presunta etarra presentaba "hematomas internos" -no externos- en una rodilla, en el brazo y en el antebrazo izquierdos, así como en el tercio superior del tórax, según fuentes de la investigación. La autopsia no ha determinado el, origen de tales marcas, entre las que hay unas más recientes que otras. El examen forense descubrió que la supuesta etarra padecía epilepsia desde hace tiempo. Los análisis toxicológicos deberán aclarar si su muerte tuvo relación con una posible alergia a la cisteína, uno de los componentes del Mucorex, el medicamento que se le administró en el cuartel. El origen de los hematomas no pudo ser establecido por Cristina García Andrade, forense del juzgado de Colmenar Viejo (Madrid). Sin embargo, se sabe que "no todos los hematomas tienen la misma antigüedad", sino que hay unos más viejos que otros. Las muestras enviadas al Instituto Nacional de Toxicología deberán fijar cuándo se produjeron estas marcas y la causa de las mismas. "Siempre que hay hematomas se puede afirmar que su origen es de tipo traumático", según fuentes de la investigación. Éstas, sin embargo, agregaron que la causa de esas señales puede ser muy diversa y no sólo una agresión a manos de otra persona. La autopsia también apreció algunos síntomas que inducen a pensar que la víctima pudiera padecer diabetes, pero tal posibilidad deberá ser confirmada por los análisis. El Instituto Nacional de Toxicología tendrá que aclarar igualmente qué tipo de microorganismo ocasionó la gran infección que sufría Yanci en su aparato respiratorio. Yanci murió por una parada cardiorrespiratoria, pero se ignora qué la ocasionó. 'Tosiblemente fue un conjunto de causas. Un solo dato no es significativo si no se pone en relación con otros. Y esto no se puede hacer hasta que haya resultados de los análisis", concluyen las mismas fuentes. El informe emitido sobre el estado de Yanci entre 8.00 y 9.30 del viernes por un forense de la Audiencia Nacional, ya enviado a la juez Esther Lobo, indicaba los siguientes datos: pulso normal, una tensión de 13,8, fondo, de ojo normal, reflejos normales. También se hacía constar que era fumadora, de 20 a 30 cigarrillos diarios, y que había fumado más a raíz de la detención de su marido. El único elemento anómalo se producía al determinarse una ,,auscultación pulmonar con sibilancias no importantes", pero el facultativo no apreció en. ese momento la "congestión visceral generalizada aguda" que determinaría. horas más tarde el paro cardiaco que ocasionó su muerte. El informe forense apreciaba que "ha sido detenida sin violencia", según relató a la médica la propia presunta etarra.

22 manchas en brazos y piernas

La presunta etarra María José Lizarribar, al ingresar en prisión el pasado sábado, presentaba en brazos y piernas 22 equimosis [mancha lívida, negruzca o amarillenta de la piel o de los órganos internos que resulta de la subfusión de la la sangre a consecuencia de un golpe, de una fuerte ligadura o de otras causas]. El mayor número de manchas reflejadas en el gráfico se debe a que algunas son contempladas tanto por delante como por detrás.Esta mujer permaneció en dependencias de la Guardia Civil desde el pasado lunes hasta el sábado.En el brazo derecho, presentaba ocho manchas de este tipo; otras siete en el izquierdo; otras cuatro en la pierna derecha y otras tres en la izquierda. El diámetro de las manchas oscila entre tres centímetros y el medio centímetros. También el tono difiere. En unos casos es de tono amarillo verdoso y en otro verdeviolaceo. Estas últimas serían las más recientes, según apreciación de los médicos.

La antigüedad de tales lesiones será determinante para comprobar si las mismas se produjeron mientras estuvo detenida.

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