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Yeltsin convoca elecciones presidenciales el 12 de junio

640 diputados desafían al presidente ruso y votan la suspensión de todos sus poderes

Pilar Bonet

El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, anunció ayer su intención de celebrar elecciones presidenciales el 12 de junio de 1994, el día de la Independencia de Estado y fecha en la que se cumple el tercer aniversario de su victoria en las urnas en 1991. Yeltsin continuaba ayer asfixiando al Parlamento, que no logró apoyo entre los poderes fácticos pese a sus desesperados esfuerzos, pero que sí consiguió atraer las inmediaciones de la Casa Blanca a os marginales, entre ellos gentes armadas. Un total de 640 diputados logró reunirse ayer y votó la suspensión de lospoderes de Yeltsin. La muerte de un policía y de una mujer ante la sede de las Fuerzas Armadas de la Comunidad de Estados Independientes desató ayer el temor al enfrentamiento sangriento.

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A pesar de todas las disposiciones dictadas por Yeltsin tras su golpe de mano, el Congreso de Diputados Populares (el superparlamento ruso) se reunió anoche con la presencia de 640 diputados. El quórum normal hubiera sido de 689 parlamentarios, pero el Sóviet Supremo, horas antes, privó de sus mandatos a una serie de partidarios del presidente ruso, debido a lo cual el número total de diputados se redujo a 938 y lógicamente disminuyó el quórum necesario para legitimar las decisiones que se tomaran. Los diputados votaron, por 636 votos contra 2, la suspensión de todos los poderes de Borís Yeltsin.El Gobierno había advertido antes que la convocatoria del Congreso era "ilegal" y tenía por objeto declarar la guerra al presidente y al pueblo. Para llegar a Moscú, los legisladores -a quienes los medios de información y los representantes de Yeltsin y las estructuras gubernamentales tratan como "ex diputados"-, tuvieron que superar los obstáculos levantados en su camino: los billetes de avión, que hasta hace unos días eran gratuitos, costaban ahora el precio encarecido que pagan los ciudadanos normales, no había coches oficiales esperándoles y debían pagar también la habitación del hotel, un servicio hasta ahora gratuito. La puntilla llegó con la decisión de Yeltsin de incautarse de los pasaportes de los parlamentarios.

La tendencia general en el Congreso era la de convocar a elecciones anticipadas simultáneas a presidente y diputados. Los duros, mientras tanto, exhortaban a rechazar cualquier pacto con Yeltsin. Así, Amán Tuléyev, por ejemplo, dijo que había que permitir que Yeltsin viajara a refugiarse junto a los presidentes que le apoyaron, para que con ellos intercambaria experencias acerca de cómo destruir un Estado. Tuléyev hizo un llamamiento para organizar la resistencia desde las provincias y propuso bajar los precios de los productos básicos, en un claro intento de ganar. apoyo entre la apática población.

El portavoz presidencial, Víacheslav Kóstikov, manifestó que las "acciones de la dirección del ex Sóviet Supremo" adquierenun carácter "cada vez más peligroso y destructivo". Kóstikov acusó al Parlamento de repartir armas a personas que se encontraban junto a la Casa Blanca, a las que calificó de "vagabundos", "gentes de psicología inestable", "elementos criminales" y "mafiosos".

A pesar de que los temores de Kóstikov se vieron confirmados por el intento de algunos extremistas de apoderarse del cuartel general de las Fuerzas Armadas de la Comunidad de Estados Independientes en Moscú, la resistencia del Parlamento parecía ayer más un problema de orden público que una cuestión de Estado, y los allegados de Yeltsin usaron la táctica del palo y la zanahoria para dividir al adversario. Shajrái apuntó la posibilidad de juzgar como delincuentes a quienes se resistan a la voluntad presidencial y llegó a afirmar que Yeltsin prepara un decreto que eximirá de responsabilidades penales a los "ex diputados" que dejen de oponérsele.

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Pago de servicios

Como pago a los servicios prestados, Yeltsin firmó ayer un decreto dando garantías sociales a los diputados y conservándoles una inmunidad relativa. De acuerdo con el decreto, los diputados no podrán ser procesados ni arrestados "sin el acuerdo del presidente", recibirán una compensación salarial equivalente a un año de sueldo, tendrán derecho a recuperar sus antiguos puestos de trabajo u otra ocupación. Además, quienes se habían mudado a Moscú podrán mantener sus viviendas oficiales y tendrán derecho a servicios médicos. Yeltsin supo recompensar a quienes habían cambiado a tiempo sus lealtades: Nikolái Riábov, vicejefe del Parlamento hasta ayer, fue nombrado jefe de la Comisión Central de Elecciones.

El vicepresidente de Rusia, Alexándr Rutskói, anunció que no tiene intención de presentar su candidatura al puesto de presidente si se celebran elecciones. Rutskói subrayó que no aspiraba ni había aspirado a "una carrera política personal" y se pronunció a favor de unas elecciones anticipadas y simultáneas al parlamento y la presidencia. El general dijo estar dispuesto a ser el garante de tales elecciones, que podrían celebrarse, como más pronto, el 23 de febrero de 1994. Rutskó¡ exhortó a sus compatriotas a una acción de desobediencia civil contra Yeltsin.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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