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Los serbios de Krajina derriban un avión de combate Mig-21 de las fuerzas croatas

Los enfrentamientos entre las fuerzas independentistas serbias de Krajina (Croacia) y el Ejército croata corren el riesgo de intensificarse tras el derribo, ayer, de un cazabombardero croata a 60 kilómetros de Zagreb. En Ginebra, los presidentesde Croacia, Franjo Tudjman, y de Bosnia, Alia Izetbegovic, alcanzaron ayer un acuerdo para poner fin inmediato a la guerra que les enfrenta en Bosnia-Herzegovina. Ambas partes se han comprometido a cesar en las hostilidades y a desmantelar los campos de prisioneros.

El derribo del Mig-21 croata por parte de las defensas de las milicias serbias que ocupan la región croata de Krajina fue confirmada por la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas en la antigua Yugoslavia (Unprofor). El piloto murió. El Ejército croata también reconoció la pérdida del avión de combate.Ante la magnitud de tos enfrentamientos en Krajina, el Consejo de Seguridad de la ONU pidió ayer al Gobierno croata que se repliegue en esta región a las posiciones que ocupaban antes del 9 de septiembre, mientras que ha reclamado a los serbios de Krajina que pongan fin a "todos los actos militares de provocación".

La intensificación del conflicto entre croatas y serbios en Krajina se produjo a raíz de la incursión croata, el pasado jueves, en tres pueblos bajo control serbio, Divoselo, Citluk y Pocitelj. El ministro de Exteriores croata, Mate Granic, aseguró ayer que su país estaba dispuesto a ceder el control de los pueblos conquistados a los cascos azules.

El estado mayor de las fuerzas serbias de la autoproclamada república serbia de Krajina anunció ayer un alto el fuego de 24 horas que entrará en vigor a las ocho de la tarde de hoy, para permitir a las Naciones Unidas entrar en las tres localidades tomadas por los croatas. La condición previa señalada para la tregua es que las formaciones croatas se retiren de dichas ciudades.

El Gobierno de Serbia mantiene un silencio inusual ante la reanudación de los combates, dando a entender que no apoya, por lo menos públicamente, las amenazas de los dirigentes serbios de Krajina contra los objetivos militares de Croacia. Ayer llegó a Zagreb el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Andréi Kózirev, para mediar en el conflicto serbo-croata.

Croatas y musulmanes

Mientras tanto, en Ginebra, el presidente bosnio, Alia Izetbegovic, y su homólogo croata, Franjo Tudjman, anunciaron ayer que habían "no sólo alcanzado, sino firmado" un acuerdo por el que ambas partes se comprometen a cesar las hostilidades en un plazo que concluirá el próximo día 18 a las doce del mediodía, a desmantelar los campos de prisioneros no más tarde del día 23 y a permitir la circulación de las organizaciones humanitarias.

En la reunión, solicitada por el Gobierno croata, ambas delegaciones han decidido crear asimismo varios grupos de trabajo que deberán ocuparse del respeto de los derechos humanos y de atar todos los cabos que aún quedan pendientes en el espinoso tema territorial, incluida una salida al mar Adriático para la república bosnia de la nueva unión. Hay que recordar que este punto provocó la retirada de Tudjman de la última ronda de negociaciones de Ginebra el pasado día 1. Otros grupos de trabajo se encargarán de facilitar la coexistencia entre las dos repúblicas de la nueva unión, así como de establecer las relaciones entre la República de Croacia y la Unión de Repúblicas de Bosnia-Herzegovina.

Entretanto, el malestar en el seno de las milicias serbias de Bosnia se ha extendido desde Banja Luka, donde los soldados se amotinaron hace cinco días, a la localidad de Sokolac, cerca de Pale, la capital de la autoproclamada república serbia de Bosnia. Los amotinados de Banja Luka, resentidos por el enriquecimiento de algunos individuos con el contrabando y los botines de guerra, exigieron ayer la celebración de elecciones generales en los territorios bosnios bajo control serbio y la dimisión del Gobierno, al que acusan de corrupción. Su jefe, Radovan Karadzic, lleva dos días esperando en las afueras de Banja Luka un encuentro con los insurrectos.

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