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La jota y del tránsfuga

Terremoto político en Aragón por una moción de censura

La moción de censura presentada el pasado días 6 por el PSOE contra el Gobierno aragonés que preside Emilio Eiroa, del Partido Aragonés (Par), ha desatado un terremoto político. Los principales partidos se lavan la cara e intentan dar una imagen de cohesión.La incógnita de quién guiará los pasos de esta sociedad tan conflictiva políticamente no se resolverá hasta el próximo miércoles. La balanza del poder está equilibrada. El voto de un tránsfuga del PP, Emilio Gomáriz, tiene a los políticos en vilo y crispa más el enrarecido ambiente. Nadie quiere negociar con él, pero está claro que Gomáriz tendrá la última palabra. Los ciudadanos aragoneses esperan con cierta indiferencia el desenlace.

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Los números no mienten. Los socialistas necesitan 34 votos el próximo día 15 para sacar adelante su moción de censura. Ellos cuentan con 30 diputados, el Gobierno de coalición con 33 (17 del Par y 16 del PP, e IU con tres. El Grupo Mixto está formado por el tránsfuga del PP Gomáriz. El PSOE cree que contará con el apoyo de los tres diputados de IU y asegura que no negociará prebendas con Gomáriz. El suspense continúa.

José Marco, candidato por el PSOE a la presidencia del Ejecutivo autónomo afirma que presentó la moción de censura por la "situación de ingobernabilidad" y la "parálisis institucional" a la que se veía sometida la comunidad autónoma aragonesa. Además, Marco señala que se siente legitimado por las urnas, ya que su partido cosechó más votos que ninguna otra formación en las autonómicas del 26 de mayo de 1991 y por su peso en los municipios aragoneses.

Marco, que preside la diputación provincial de Zaragoza, ha sido acusado de "casi todo" y sus boyantes empresas familiares de transporte han estado en el punto de mira de la oposición y de la prensa.

Marco es un conocido guerrista y el máximo exponente de los renovadores aragoneses es Antonio González Triviño, alcalde de Zaragoza. Sus discrepancias se reflejaron el pasado 23 de abril cuando Triviño encabezó una manifestación solicitando la autonomía plena.

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El Gobierno de coalición presidido por el nacionalista Emilio Eiroa, considera que la moción sólo es para "satisfacer" la ambición de Marco y se muestra convencido de que la moción no prosperará.

El presidente del Gobierno no se ha librado tampoco de las críticas. Se le califica de hombre gris, de títere en manos de José María Mur, presidente del Partido Aragonés, y de Hipólito Gómez de las Roces, ex presidente del Gobierno autonómico.

El Gobierno, al igual que el PSOE, ha tenido que batallar con importantes confrontaciones y acusaciones. Los aproximadamente 30.000 millones de pesetas "despilfarrados" en magnos proyectos como Jaca'98, el polémico pabellón de la Expo'92, que fue vendido "por dos duros" a Cartuja'93 y el palacio deportivo de Huesca que terminó derrumbándose, son las losas que aguanta el Gobierno de coalición.

La firma del pacto autonómico a nivel nacional, por parte del PP, trajo consigo no pocas dificultades en el Ejecutivo autónomo. El presidente del PP en Aragón, José Ignacio Senao, que en un principio cuestionaba el acuerdo y acusaba a José María Mur de incitar "con su actitud provocadora" la presentación de la moción, ha cerrado filas para apoyar al Gobierno en estas horas bajas: "Apoyaremos al Gobierno de centroderecha en Aragón. No habrá excepciones". No obstante, considera que el Par tiene una ideología difusa.

La moción, inicialmente, también generó división en IU de Aragón. Los renovadores encabezados por José Francisco Mendi, coordinador general regional de la coalición y por el portavoz del grupo en las Cortes Adolfo Burriel, han defendido el voto a favor de la censura con dos condiciones: un giro a la izquierda y que no se negocie con Gomáriz.

Jesús María Garrido, del sector ortodoxo, sostenía que "es una utopía" creer que el PSOE de un giro a la izquierda si se tiene en cuenta la política de Felipe González, "que gobierna con los partidos regionalistas de derechas", razón por la que propugnaba la abstención.

Tras la decisión de IU de apoyar la moción, quien puede decidir es Gomáriz, que desde el jueves pasado está "desaparecido" y dispuesto a mantener el suspense hasta último momento.

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