La India y China acuerdan mantener la actual línea fronteriza común
La India y China, que guerrearon en 1962 por disputas territoriales no resueltas en aquella breve contienda ni en las negociaciones desarrolladas durante las tres décadas posteriores, acordaron ayer mantener la presente línea de demarcación entre ambos países, reducir su presencia militar en la frontera común del Himalaya y aplicar medidas encaminadas a mantener "la paz y la estabilidad en la zona".
Los primeros ministros de las dos naciones más pobladas del planeta, Li Peng y P.V. Narasimha Rao, reunidos en Pekín, establecieron las condiciones para poder abrir un pasillo entre la India y el Tíbet, y acordaron también respetar la actual divisoria, no reconocida legalmente por ninguno de los dos Gobiernos, en tanto no se solucionen definitivamente las diferencias que impiden la normalización bilateral.
El Gobierno de Nueva Delhi reclama a China 38.000 kilómetros cuadrados en la región fronteriza de Akasi Chin, mientras que Pekín mantiene que el estado de Arunachal Pradesh, actualmente bajo la soberanía de la India, incluye 90.000 kilómetros cuadrados que considera propios.
Otro aspecto que impide un mayor acercamiento diplomático, y sobre el que nada se dijo en la declaración conjunta de ayer, es el relacionado con el suministro de armamento chino a países enfrentados con la India.
El Gobierno de Rao ha denunciado reiteramente, también lo hizo en esta cumbre, los embarques chinos de material bélico con destino a la junta militar birmana y a Pakistán, enemigo jurado que controla una tercera parte de la región del Himalaya. La India, que desde 1947 ha librado tres guerras con Pakistán, teme, asimismo, que los rebeldes maoístas del Estado de Assam consigan parte de estas armas en Myanmar.
Refugio al Dalai Lama
Por su parte, el Gobierno de Pekín ha expresado en numerosas ocasiones su malestar por el refugio que la India proporciona al Dalai Lama y a unos 100.000 tibetanos que huyeron del Tíbet cuando en 1959 fracasó la sublevación contra la Administración china.Aunque la declaración conjunta publicada en Pekín precisa que el alcance y calendario del repliegue militar en la frontera provisional (4.000 kilómetros) será determinado en posteriores reuniones, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wu Jiannin, descartó diferencias insuperables al subrayar que las relaciones entre los dos gigantes son ya "maduras".
La desaparición de la antigua URSS, la apertura china y la mutua conveniencia económica han favorecido esa madurez y la actual distensión. El intercambio comercial entre la India y China ascendió en 1991 únicamente a 340 millones de dólares (47.600 millones de pesetas). La primera aproximación seria entre los dos países se produjo en diciembre de 1988, cuando el entonces jefe del Gobierno indio, Rajiv Gandhi, viajó a la capital china.
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