El Mulhacén en peligro

El Mulhacén, con sus 3.482 metros, la máxima altura de la Península, tiene por la cara Sur una suave loma, en la que hace años se construyó una pista, cerrada a vehículos en 1992. Su cima parecía que había empezado a ser respetada, sólo se llegaba caminando y estaba limpia de construcciones.Pero esto eran vanas ilusiones, y este año, el 15 de agosto, la gente de Trevélez subía a pie de romería, a la vez que una máquina excavadora reabría la pista. El Ministerio de Defensa necesitaba hacer prospecciones geológicas, y para ello la empresa encargada entró a saco en la cima. Hasta el 25 de agosto, la cumbre ha estado adornada de compresores, perforadoras, excavadoras, depósitos de gasoil, bidones, sacos de cemento, maderas, caballetes, tubos, y con todo esto se consiguió que la cara sureste del picacho perdiera su fisonomía habitual; se abrió un carril desde el antiguo aparcamiento hasta la cruz de la cima, se hicieron bancales y se eliminaron las rocas; se realizaron catas geológicas y luego hubo denuncias y paralización de obras. La empresa se retiró y primorosamente puso cada piedra donde estaba.

Algunos ya se han tranquilizado, y han reducido el hecho a un simple incidente desagradable, pero esto es un gran error. ¿Para qué se hacen las catas geológicas en el Mulhacén? ¿Qué sorpresa reserva el Ministerio de Defensa para el Mulhacén? El tema es delicado, y los intereses de Defensa hay que compaginarlos con la conservación de Sierra Nevada, un macizo ya muy deteriorado, buscando alternativas. ¡El Mulhacén está en peligro!-

Federación Andaluza de Montañismo.