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El Parlamento ruso intenta anular hoy la destitución del vicepresidente Rutskói

El Parlamento ruso se reúne hoy para congelar el decreto por el cual el presidente, Borís Yeltsin, destituyó temporalmente al vicepresidente de la República, Alexandr Rutskói. Así lo anunció el jefe de la Cámara, Ruslán Jasbulátov, cuya reacción contraria a la decisión de Yeltsin fue criticada ayer por la oficina de prensa prensidencial. Viacheslav Kóstikov, portavoz de Yeltsin, consideró los comentarios de Jasbulátov como "jurídicamente incorrectos".

"El presidente actuó teniendo en cuenta los intereses de la dirección del Estado, la moral política y con la convicción de que los altos cargos del país deben tener una reputación irreprochable", declaró Kóstikov.Jasbulátov reaccionó el mismo miércoles al decreto de Yeltsin, acusando a sus autores de querer crear un "precedente jurídico". "Por eso, el Sóviet Supremo de la Federación Rusa estudiará este decreto y, no lo dudo, lo anulará. Pero ya ahora, antes de ser debatido en sesión parlamentaria, declaro que el mencionado decreto es ilegal y no debe ser cumplido", dijo el jefe del Legislativo, que es uno de los principales rivales de Yeltsin.

Yeltsin, además de a Rutskói, también destituyó temporalmente al primer viceprimer ministro Vladímir Shumeiko, uno de sus más cercanos colaboradores. La razón es "el daño causado" por las acusaciones mutuas de corrupción. Shumeiko está sometido a investigación por la fiscalía después de que el Parlamento los autorizara este verano, pero hasta el momento no se le ha podido imputar nada.

La situación de Rutskói, acusado de estar implicado en el caso de una cuenta bancaria suiza, es similar. El lunes, el fiscal de Moscú, Guennadi Ponomariov, encargado por Yeltsin de investigar los cargos presentados contra Rutskói, declaró que, después de estudiar 1.000 páginas de documentos e interrogar al vicepresidente, no percibió delito alguno en su actuación. Esto pone de relieve el carácter político del decreto de Yeltsin, a quien la Constitución no otorga el derecho de destituir al vicepresidente de la república. Lo mismo que Yeltsin, Rutskói puede ser destituido sólo por el Congreso de los Diputados y tras sentencia del Tribunal Constitucional.

Rutskói se enteró del decreto momentos antes de subirse al avión que le llevaría al norte de la Federación Rusa. Ya en Siktivkar, capital de la república de Komi, declaró que Yeltsin "se ha puesto por encima de la Constitución".

Sea como fuere, el decreto de Yeltsin ha desatado una nueva tormenta política. El polémico documento, según un funcionario del Gabinete presidencial, es un eslabón de "uno de los guiones" para el septiembre caliente prometido por Yeltsin. El funcionario, que ha preferido guardar el anonimato, insinuó a la agencia Interfax que el decreto habría sido elaborado por Serguéi Shajrái, otro de los viceprimeros ministros del Gobierno.

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