Juan Luis Guerra: "Soy un poeta bailable"
Juan Luis Guerra estuvo ayer en Madrid para presentar su gira española. Veinte actuaciones ante un público que hasta ahora le ha brindado su apoyo y sabe cantar unas canciones que pueden leerse como poemas. "Siempre he sentido un amor por la metáfora. Si pudiera comunicarme sólo por metáforas, lo haría. Me encanta el surrealismo y decir las cosas que nadie ha dicho; el disparate poético", afirma Juan Luis Guerra. Pero este dominicano alto y calmado, educado musicalmente en la tradición de su país y en Estados Unidos, amante del flamenco y de la música africana, no se siente escritor. "Si llegara a ubicarme en la categoría de poeta sería un poeta bailable, esa es la diferencia que tengo con los otros poetas. Como estudié Filosofía y Letras me acerqué a la obra de poetas como Borges, Neruda, García Lorca y Vallejo y algo me ha quedado de esas lecturas".Pero muy pronto se decidió solamente por la música y fue a Boston, a la universidad de Berklee; aunque entonces era el rock y después fue el jazz. "Nuestra sociedad en ese momento se apartaba de la música folclórica", dice. "La bachata estaba vista como cosa de poca calidad y el merengue era un baile obsceno. Se pensaba que lo nuestro no valía la pena. Los cánones anglosajones eran los dominantes y por eso quise hacer rock. Pero luego me di cuenta que lo que tenía que hacer era tomar las cosas buenas del rock y transmitirlas a través del merengue. Todavía hay en mis temas algo de rock, sobre todo en los coros. Lo oyes y es puro beatle con un bongó por abajo".
"De lo que no queda nada en mi música actual es de jazz. El jazz es mucho más elitista y difícil de adaptar a un merengue. Son fraseos más especializados", añade.
Su último disco, Areíto, indaga en las raíces perdidas de la población original de la isla, los tahínos, que fueron aniquilados a la llegada de los españoles. "No quedó nada de ellos y menos de su música. Lo que yo hago es más un ejercicio de imaginación musical que una reconstrucción antropológica. Si analizas este areíto es más africano que tahíno, pero qué le vamos a hacer. No hay pistas. Es sólo el deseo de un recuerdo, un elogio".
Pese a estos elementos cultos en la música de Juan Luis Guerra, él dice no sentirse alejado de lo popular. "Todo lo contrario", afirma. "El costo de la vida, por ejemplo, es muy popular. Creo que es un error de los músicos minimizar el interés o el entendimiento del público. Las cosas comerciales las hace uno y es fácil repetir una fórmula que funciona. Pero yo como creador prefiero hacerlo lo mejor que puedo para mi público".
Juan Luis Guerra se siente totalmente identificado con la tendencia de ciertos músicos como Peter Gabriel, David Byrne y Paul Simon de hurgar en las músicas étnicas y rescatar sus valores. "Ahora mismo la influencia de la música étnica y las mezclas se están dejando sentir en toda la música contemporánea, incluso para el mercado anglosajón. Yo me asocio a esta tendencia en la que trabajan Gabriel, Byrne y Simon, y hasta el momento lo he hecho solo. Pero ahora necesito alguien con quien compartir estas experiencias. Me gustaría trabajar con ellos o con otros que tengan este interés", afirma.
Mientras tanto, Juan Luis Guerra está explotando al máximo las posibilidades del mercado de habla hispana para su música y está embarcado en una gira por veinte ciudades españolas. Una gira ambiciosa y que en el caso de Madrid, donde se presenta en Las Ventas el día 14, tiene un precio que a muchos podrá parecer excesivo: 3.500 pesetas. "Quiero dejar claro que eso no depende de mi", dice. "Cuando actué en Chile y me enteré de lo que costaban las entradas le dije a la gente que no fuera. Lo principal para mí es el público y a veces lo de las entradas está fuera de tu control. Cuando actúo en mi país lo hago gratuitamente.
Babelia
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