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Pujol: "El Estado de las autonomías no nos va"

El presidente catalán dice que la actual situación "no resuelve el problema histórico de Cataluña"

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, dio ayer un paso más en su estrategia de presión sobre el Gobierno a pocas se manas de que comience el debate sobre los Presupuestos Generales del Estado para 1994. Días después de insistir en que no habría apoyo al Gobierno sin cesión previa del 15% del IRPF a las comunidades autónomas y si no percibía cambios sustanciales en la política económica, Pujol ha aprovechado otra entrevista para pedir un giro radical en la política autonómica y expresar con mayor contundencia su pesimismo: "Ahora ya es evidente que el Estado de las autonomías, con la interpretación que finalmente se ha hecho de la Constitución y del estatuto de autonomía, no nos va; no resuelve el problema histórico de Cataluña".

Pujol declara en una entrevista publicada ayer por el diario Avui que se siente pesimista sobre la evolución del modelo autonómico, aunque rechaza pronunciarse sobre las consecuencias de su reflexión. El presidente de la Generalitat se limita a plantear que es preciso "dar un fuerte golpe de timón". La entrevista al diario barcelonés no hace referencia a si se realizó antes de la reunión del pasado viernes entre Jordi Pujol y el ministro para las Administraciones Públicas, Jerónimo Saavedra, en la que éste anunció la disposición del Gobierno a modificar su política autonómica. Fuentes del rotativo manifestaron ayer desconocer este extremo, pero del conjunto de las preguntas se desprende que fue hecha con anterioridad a la reunión, ya que no hay referencia alguna a la misma. Pese a ello, parece evidente que el presidente catalán no consideró oportuno modificar sus declaraciones tras el encuentro con el ministro aunque tuvo tiempo para ello.En sus declaraciones, Pujol insiste en la idea de que el Gobierno ha seguido haciendo una lectura restrictiva de la Constitución y del Estatuto de Autonomía, dos textos que, a su juicio, permiten interpretaciones muy distintas. El líder de CiU considera que la voluntad de los catalanes de contribuir a la gobernabilidad de España les hizo renunciar en 1978 a mantener actitudes intransigentes en la redacción de estos textos. Pujol sostiene desde hace años que esta actitud "generosa de los catalanes de diversas tendencias" no se ha visto recompensada con posterioridad con una intepretación amplia de la autonomía.

La tesis de Peces-Barba

Pujol cita en apoyo de sus tesis, en la entrevista publicada ayer, unas recientes declaraciones de Gregorio Peces-Barba, representante del PSOE en la ponencia constitucional, en las que el ex presidente del Congreso de los Diputados decía que la actual Constitución, "partiendo del reconocimiento político, hace un esfuerzo absoluto para que este hecho diferencial [catalán y vasco] carezca de relevancia". El presidente catalán señala a renglón seguido: "Lo que hay que evitar es que la Constitución y el Estatuto nos conduzcan, si no a la irrelevancia, sí a una situación muy disminuida".Pese al análisis pesimista que Pujol hace de la situación, evita extraer como consecuencia la necesidad de pedir la reforma del Estatuto de Autonomía, una tesis que tiene amplio predicamento entre la militancia de su propio partido y que sólo su autoridad moral ha impedido que fuera aprobada en las resoluciones de los últimos congresos de Convergència.

Pujol mantiene desde hace años esta tesis de lectura restrictiva. En unas declaraciones en mayo de 1991 ya señalaba: "La Constitución y el Estatuto se están aplicando de manera restrictiva.

Delante de eso hay dos posibilidades: reformar estos textos de forma que no sean posibles estas interpretaciones restrictivas o bien presionar para que el Gobierno central haga una interpretación más abierta". "Nosotros", concluía entonces, "hemos seguido esta segunda línea y continuaremos siguiéndola". De sus declaraciones de ayer no se desprende que Pujol esté dispuesto a cambiar el paso, ahora que su capacidad de presión sobre el Gobierno ha aumentado sensiblemente.

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El líder nacionalista da muestras de que está dispuesto a aprovechar al máximo su posición decisiva para lograr un reconocimiento diferencial de Cataluña que ya expuso en su conocida conferencia en la Universidad Carlos III de Madrid en mayo de 1991. En aquella ocasión, ante unos 400 estudiantes y profesores insistió en la necesidad de que, una vez resuelto el debate sobre la pertenencia de Cataluña a España -"Cataluña es España", dijo-, hay que abordar el reconocimiento explícito del hecho diferencial catalán. "Aún no hemos encontrado nuestro encaje en España", afirmó entonces, "y por ello, el problema de Cataluña no se ha resuelto".

El resultado inmediato de la reunión del viernes con Saavedra da a entender que la presión de Pujol empieza a dar frutos. En el campo económico, ha logrado una actitud receptiva hacia buena parte de las propuestas contenidas en el documento que CiU remitió al Gobierno sobre los presupuestos. En el campo del desarrollo autonómico, el líder nacionalista cuenta ya con una declaración explícita de Saavedra de que el Gobierno hará "gestos de un nuevo talante" en la política autonómica.

Pese a la lectura optimista de la reunión que podían hacer los nacionalistas catalanes, Pujol sigue manteniendo su desconfianza sobre las promesas dado que considera que otras veces ha sido engañado. El silencio de los nacionalistas durante el fin de semana, junto a las elocuentes declaraciones pesimistas publicadas ayer, indica que el presidente de la Generalitat no está dispuesto a hacer concesiones ante los primeros gestos de los socialistas y que prefiere esperar a conocer esta misma semana la fórmula que el Gobierno propone para ceder el 15% del IRPF, la postura del Ejecutivo ante sus tesis presupuestarias y la concreción de las palabras de Jerónimo Saavedra sobre el alcance del cambio de política autonómica.

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