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Ernst Jünger, de 98 años, sufre un ataque cardiaco

El escritor Ernst Jünger, de 98 años de edad, ha sufrido un ataque al corazón y se encuentra ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital de Riedlingen, en Baden Würtemberg. Fuentes del hospital indicaron que, dentro de la gravedad del caso, su estado era bueno.Ernst Jünger, uno de los grandes testigos de este siglo que se acaba, gozaba hasta ahora de una excelente salud, y el pasado 20 de julio había recibido en su casa de Wilfingen, en Suabia, al canciller Helmut Kohl y al presidente francés, François Mitterrand. De hecho, el canciller alemán, que le profesa una gran admiración, se había habituado últimamente a visitarle acompañado por los estadistas que recibía. Felipe González lo hizo en mayo de 1990.

La estética del horror

Jünger, que luchó en las dos guerras mundiales y que en su obra ha desarrollado la ética del soldado y la estética del horror, se ha movido durante toda su vida en una fina línea que le ha permitido sobrevivir en todas las circunstancias por las que ha atravesado: la Alemania guillermina, la Gran Guerra, la revolución, la república de Weimar, el nazismo, la II Guerra Mundial, la República Federal de Alemania y la reunificación.Entre sus obras se encuentran libros míticos como Entre tormentas de acero, su primera novela, realizada en 1920, o Los acantilados de mármol, de 1939, que si para algunos exaltaba el nacional socialismo, para otros era la crítica más sutil jamás hecha al régimen hitleriano.

Durante la Gran Guerra fue herido y recibió de manos del último kaiser, Guillermo II, la más alta condecoración del Imperio, la Orden al Mérito, de la que es actualmente el único poseedor vivo. Su relación con el nazismo fue extraordinariamente compleja. Mucho se rumoreó sobre la protección personal que Hitler le otorgaba.

"No me toquen a Jünger", se dice que espetaba el führer a Himmler cuando éste le transmitía sus sospechas sobre el héroe de guerra que no quería prestarse a la propaganda. Finalmente, su espíritu aristocrático y prusiano le forzó a desmarcarse radicalmente del nazismo.

Esto no impidió que, tras el hundimiento del III Reich, Jünger cayera en desgracia asociado con el culto a la virilidad del guerrero y tildado de anarquista conservador. Sin embargo, con el paso de los años, el peso y la profundidad de su inmensa obra, recogida en 18 tomos, se fue imponiendo paulatinamente y en la actualidad se ha convertido en un inevitable punto de referencia para cualquiera que desee conocer los devenires del siglo.

La redacción de tan ingente obra no le ha impedido convertirse también en experto entomólogo, o publicar obras como Drogas y embriaguez, en la que relata sus experiencias con drogas psicotrópicas junto a su amigo Albert Hoffmann, el descubridor del LSD.

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