Los curas casados del mundo piden al Papa que oiga a los fieles antes de nombrar obispos
El español Julio Pérez Pinillos, nuevo presidente de la federación internacional
El Papa debe tener en cuenta la opinión de los fieles de una diócesis antes de nombrar al obispo. Y el prelado, a su vez, debe escuchar a sus bases antes de designar a un párroco. Los sacerdotes casados de todo el mundo formularon ayer esta reivindicación, al término del III Congreso Internacional, celebrado en Alcobendas (Madrid). Este encuentro, que por vez primera se ha celebrado en España y en un centro católico, el convento y residencia de los dominicos, designó al español Julio Pérez Pinillos como nuevo presidente de la Federación Internacional de Sacerdotes Casados.
Las 400 delegaciones procedentes de 25 países reunidas en Madrid concluyeron su encuentro lanzando un mensaje: "Denunciamos la Imposición de sacerdotes y obispos sin tener en cuenta la comunidad [de fieles], la discriminación de que somos objeto por parte de la jerarquía de la Iglesia, tanto las mujeres como los sacerdotes casados, y su rechazo [de la jerarquía] a la pluralidad".La primera reivindicación de los sacerdotes casados coincide con la petición de la diócesis de Bilbao, cuyo Consejo Pastoral, en una experiencia inédita, ha hecho llegar al Vaticano su terna de candidatos y no sólo el perfil que consideran que ha de tener el sucesor de su actual obispo, Luis María Larrea, que el pasado 19 de abril cumplió los 75 años, edad de jubilación eclesial.
Sociedad solidaria
Los sacerdotes casados, en su mensaje, denuncian los obstáculos que encuentran en algunas parroquias para realizar su tarea pastoral, que continúan ejerciendo pese a dejar los hábitos para amar a una mujer. Para ello, piden la renovación de la Iglesia y de los ministerios, de forma que puedan transmitir sus experiencias y compromisos. "Nos sentimos llamados, juntamente con las mujeres y hombres de otros campos y creencias, a la construcción de una sociedad más justa, libre y solidaria", añaden en el mensaje. Estos colectivos, explicó ayer Julio Pérez Pinillos, han de "sumergirse en el mundo de hoy, empaparse, para descubrir en él el rostro de Jesús".Pérez Pinillos, coordinador del Movimiento pro Celibato opcional, que agrupa a 1.000 de los 7.000 curas casados censados en España, indicó durante la conferencia de prensa celebrada al término del Congreso, que la Iglesia debe "ser más plural" y acoger a los curas que, como él, siguen el Evangelio, "porque nuestra experiencia es enriquecedora". El filósofo y teólogo Raimon Panikkar, de 75 años, casado y sacerdote, defendió durante una conferencia pronunciada al inicio de la jornada de ayer, la necesidad de que la Iglesia cambie. "Será como los cristianos la hagan", dijo antes de señalar: "Pero hay muchas creencias sobre la misma Iglesia, dentro de la misma fe. El conflicto es connatural al hombre y a la Iglesia. No es la unidad ni la uniformidad el ideal, sino la armonía y la polaridad".
Matrimonios concelebrando
Todos concelebraron. Los curas casados y sus mujeres celebraron ayer la eucaristía, y todos la presidieron. Fue en el salón de actos de la residencia de los dominicos de Alcobendas. La ceremonia fue distinta, conducida por una tema nuclear: la solidaridad.Fue leída la poesía Al olmo herido, de Antonio Machado y hubo pan -una barra de medio kilo, además de las formas- y vino, una botella de tinto de mesa. El vino llegó a la mesa, situada sobre el escenario, durante el ofertorio, de manos de una niña, hija de un cura casado. Bailó, en compañía de otras dos jovencitas, las Vírgenes del Sol, una danza peruana. El pan la barra partida en dos llegó a la mesa de manos de los jóvenes, hijos también de curas.
Antes fueron la preces, realizadas por los asistentes a la ceremonia, desarrollada en castellano, francés e inglés. No se rogó por el obispo de la diócesis, como es habitual. Secundino Núñez, de 73 años, que dejó el sacerdocio a los 50 años y hoy es senador en Paraguay, pidió por todos los obispos y el Papa, "para que nos regalen el poder de su honor y el amor de su poder". Hubo colecta, para aquellas asociaciones de curas casados con dificultades económicas, como la de Sri Lanka e India. Al final, se comunicó lo recaudado: 270.000 pesetas.
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