Estados Unidos apoya al yen tras anunciar Tokio que liberalizará' su mercado
Ha sido un pulso duro. El enfrentamiento entre Estados Unidos y Japón por el gigantesco superávit comercial nipón, que había llevado a los estadounidenses a alentar una fortaleza del yen que perjudicase las exportaciones japonesas, se resolvió parcialmente ayer. El Gobierno del primer ministro japonés, Morihiro Hokosawa, agobiado ante la posibilidad de que el dólar cayese por debajo de la barrera psicológica de los 100 yenes y presionado por la clase empresarial japonesa en pleno, anunció una inminente apertura comercial a Occidente, aunque de forma vaga e inconcreta.
Pero fue suficiente para EE UU. La Reserva Federal -el banco central estadounidense-, que durante meses había hecho oídos sordos a las peticiones de Japón de sostener el dólar, se lanzó a una agresiva defensa de su moneda y logró que se apreciase hasta los 104 yenes.
"Nos preocupa que la rápida subida del yen pueda retrasar el crecimiento, tanto en Japón como en el resto de las economías del mundo", anunció ayer solemnemente el subsecretario del Tesoro estadounidense, Lawrence Summers, tras conocerse la inesperada acción de la Reserva Federal.
Una preocupación que no había impedido anunciar a Estados Unidos, esta misma semana, que no ayudaría a frenar la depreciación del dolar. Summers alabó el reciente descenso de los tipos de interés en Japón, lo que podía disminuir la ascensión del yen frente al dólar.
La intervención de las autoridades monetarias estadounidenses ha sorprendido a los mercados. Especialmente porque la moneda japonesa no se había debilitado ayer en el mercado de Tokio tras la vaguedad del anuncio del Ejecutivo nipón de que estudiará medidas de liberalización comercial en otoño.
"De aquí a, septiembre como muy tarde, fijaremos una serie de medidas concretas, [...] y estableceremos una lista de objetivos cuantitativos que se vigilarán anualmente para poder medir la liberalización", anunció Masayoshi Takemura, secretario general del Gobierno nipón. Hasta ahora, Tokio se había negado a cualquier tipo de cuantificación para la apertura de sus mercados o para la reducción de sus barreras comerciales.
En un acuerdo con EE UU el pasado mes de julio, el anterior Gobierno japonés se había comprometido tan sólo a reducir de forma "muy significativa" su superávit comercial mediante el aumento de sus importaciones estadounidenses. Ello parece ahora más ventajoso para Japón al haber alcanzado el yen su nivel más alto respecto al dólar desde la Segunda Guerra Mundial.
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