Parados con acción

El empresario jiennense Jesús María Hermoso Poves cumplió ayer un sueño y convirtió a 704 parados en accionistas de su empresa de tecnología punta. Como había prometido, Hermoso Poves regaló una acción de 10.000 pesetas a cada desempleado que se acercó por la sede de su compañía, Cánava Electrónica, dedicada a actividades tan dispares y sofisticadas como la remodelación de carros de combate o el perfeccionamiento de sistemas de sintetización de voz para ciegos. En total, el empresario se desprendió de más de siete millones de pesetas en acciones de su patrimonio personal. Algo menos de lo que tenía previsto, ya que su intención era repartir 10 millones a los primeros 1.000 desempleados que lo solicitaran tras acreditar que estaban inscritos en las listas del Inem de la provincia.El reparto se iniciaba a las once de la mañana, pero ya a las siete un parado de Albánchez de Ubeda, localidad situada a 60 kilómetros de Jaén, ocupaba el primer puesto en la cola. Sin embargo, decidió que no tenía prisa en adquirir su nueva condición de accionista y se marchó a desayunar, dejando la cabecera de la fila y la tarea de atender a los periodistas a Antonio Martos, un desempleado de Mancha Real que aguardaba a pie firme desde las ocho. Martos, que lleva ocho meses sin trabajo, se enteró de la oferta por los periódicos. Tras un apretón de manos del empresario -y ahora socio-, el nuevo accionista indicó que el ejemplo de Cánava debería ser seguido por otras empresas. "A ver si es posible que por mi cuenta compre algunas acciones más", explicó Martos, trabajador del textil. A Jesús Hermoso, de 47 años, casado y con cuatro hijos, la visión de la fila de aspirantes le producía sensaciones contradictorias: "Lo que realmente demandan estas personas es tener un empleo y eso me produce un efecto tremendo".

"Dios me libre de utilizar a los parados". Hermoso Poves rechaza que haya pretendido usar a parte de los más de 37.000 desempleados de la provincia de Jaén para hacerse publicidad.

"Creo que lo que hago es utilizar a Cánava para apoyar a Jaén en todo lo que puedo", afirma Hermoso, que presume de haber dejado su vida en Madrid para trasladarse a Jaén, "invertir hasta la última peseta en la empresa, trabajar 18 horas al día y cobrar el último".

Hermoso Poves cierra su definición personal indicando que no tiene ambiciones económicas, "sino ambición por hacer las cosas importantes en beneficio del resto". Hermoso Poves, ingeniero industrial y economista, abandonó Jaén en 1968, para trabajar en Milán (Italia) en una multinacional. De allí se trasladó a Madrid, donde fundó Cánava Internacional, empresa de la que surgió la filial Cánava Electrónica, ubicada en Jaén.

Sin embargo, no todos estaban satisfechos. Julián, por ejemplo, no pudo evitar el mostrar la desilusión que le producía recibir de manos de los empleados de Cánava un poder notarial que le convertía en poseedor de un capital de 10.000 pesetas. "¿Pero esto se puede vender?", preguntaba con incredulidad.