ETA provoca un segundo día de alarma en Barcelona

Tres artefactos de ETA y un coche bomba en menos de 24 horas terminaron por disparar la alarma en la ciudad. Barcelona recibió ayer por la mañana la noticia de una tercera bomba localizada y finalmente desactivada por la policía en el mismo Puerto Olímpico donde el domingo, apenas 12 horas antes, habían explotado otros dos artefactos que causaron cinco heridos. Una llamada en nombre de ETA a La Vanguardia alertó a las 10.15 de ayer de la existencia del tercer explosivo, situado en el falso techo de los lavabos de una bar. Las nuevas acciones de ETA en Barcelona -donde en la madrugada del domingo se halló un coche con 40 kilos de amonal- fueron calificadas de "intimidatorias" por el delegado del Gobierno en Cataluña, Miquel Solans.

El artefacto desactivado en la mañana de ayer estaba oculto en el falso techo de los lavabos de caballeros de la cafetería Barnabier, uno de los locales que, como el resto de los del Puerto Olímpico, fue desalojado en la noche del domingo tras el aviso de colocación y posterior explosión de dos bombas.El dueño del establecimiento, Joan Hernández, cerró el local. En la mañana de ayer lo abrió a las nueve para limpiarlo, y al cabo de una hora y media le avisaron de que el explosivo estaba en su local. "Lo acababa de limpiar y no había visto nada", comentaba ayer el propietario. La bomba estaba oculta en el falso techo del lavabo, en un paquete de color marrón y cerrado con cinta adhesiva. Se trataba de una bomba trampa que contenía una pequeña carga de amonal, según comentaron los agentes al propietario. Fuentes de la policía precisaron que los tres artefactos debieron de haber sido colocados de forma simultánea.

Desalojo de la torre Mapfre

Las terrazas de los restaurantes y locales del Puerto Olímpico ofrecían ayer un aspecto inusual a la una del mediodía: estaban desiertas. Ninguno pudo abrir por la imposibilidad de acceso debido al cordón de seguridad de la policía. La torre Mapfre, uno de los dos rascacielos de la Villa Olímpica, fue desalojada, ya que la llamada de aviso de ayer situaba el explosivo en ese edificio, colindante por su parte trasera con el local de la cafetería. Una de las llamadas efectuadas en nombre de ETA a EL PAÍS el domingo por la noche afirmó que había un explosivo en la torre, lo cual resultó erróneo, al igual que el anunciado en el restaurante El Cangrejo Loco.Cuando ya se había levantado el cordón de seguridad, agentes de policía auxiliados por perros especialmente adiestrados para la detección de explosivos continuaban inspeccionando locales del puerto en previsión de que existieran más artefactos. Los controles se han intensificado en toda la ciudad.

Los otros dos restaurantes -La Galerna y Túnel del Port- donde explotaron los dos artefactos el domingo no podrán abrir hasta que no sean reparados los desperfectos, al igual que el Pizza Hut, que también sufrió daños en la cocina, ya que su pared es colindante con la de los aseos de La Galerna. Un encargado de la pizzería precisó que la explosión casi alcanzó las conducciones de gas.

Carlos Durán Martínez, que resultó herido de gravedad cuando se encontraba en el restaurante La Galerna al producirse la explosión, fue intervenido quirúrgicamente ayer en el hospital Clínico de Barcelona, donde es atendido del traumatismo craneal y de politraumatismos ocasionados por la caída de cascotes. Además de Durán, una mujer embarazada de siete semanas permanecía ingresada ayer en observación en un centro hospitalario. Los otros tres heridos fueron dados de alta.

La psicosis de bomba no cesó. A las 17.30 horas de ayer, la policía cortó el tráfico en el Moll de la Fusta de Barcelona al advertir un vehículo sospechoso en el aparcamiento. La policía fue avisada porque el coche llevaba cinco días estacionado y carecía de placas de matrícula. No contenía ningún explosivo. Este aviso, al que desde el domingo por la noche están recibiendo las fuerzas de seguridad informando sobre posibles sospechosos, muestra la inquietud causada en Barcelona.

Alarma en Sants

Por la noche, otra amenaza de bomba obligó a la policía a desalojar la estación de Sants, en el centro de la ciudad. Una llamada en tomo a las once de la noche anunció que un artefacto iba a estallar media hora después. El numeroso público que esperaba a viajeros o se disponía a tomar el tren tuvo que abandonar la estación, y durante varias horas centenares de personas se agolparon en la plaza de los Paísos Catalans. El tráfico ferroviario se paralizó.ETA no atentaba en Barcelona desde marzo de 1992. El 26 de julio pasado, la policía halló 40 kilos de amonal en una caravana en Castelldefels (Baix Llobregat). Otros 40 kilos de explosivos fueron encontrados en un coche en la madrugada del pasado. domingo en Barcelona. La reaparición de la banda terrorista obedece al interés de la organización de "intimidar", según manifestó ayer el delegado del Gobierno en Cataluña, Miquel Solans.

En esta ocasión, la organización ha escogido como escenario uno de los lugares de moda de la capital catalana. "La intención de ETA es de intimidar más que de producir grandes destrozos, ya que las bombas tenían escasa potencia", añadió Solans.