Alberto II aboga por una Europa federal al jurar como rey de Bélgica

Alberto de Sajonia-Coburgo, príncipe de Lieja, se convirtió ayer en el sexto rey de los belgas, con el nombre de Alberto II, tras prestar juramento ante el Parlamento en Bruselas, primero en neerlandés, luego en francés y finalmente en alemán. El monarca inició su reinado con un alegato a favor de la "construcción de una Europa federal, dinámica y social", y prometió seguir el ejemplo de su hermano, el rey Balduino I, fallecido el pasado 31 de julio en España.

El alegato europeísta de Alberto II cobra un especial significado al coincidir con la presidencia semestral de Bélgica del Consejo de Ministros de la Comunidad Europea (CE), así como con un momento en que la construcción europea pasa por una crisis profunda con la práctica congelación de uno de sus pilares fundamentales, el Sistema Monetario Europeo (SME).El monarca prestó juramento con la siguiente fórmula: "Juro observar la Constitución y las leyes del pueblo belga, mantener la independencia nacional y la integridad del territorio". El discurso pronunciado ante el Parlamento, en las tres lenguas del país, ha seguido la línea de las preocupaciones del Gobierno: el federalismo propugnado por el primer ministro, Jean-Luc Dehaene, la necesidad de combatir el desempleo y la profesión de fe en el proyecto de construcción europea.

El soberano aseguró que desea la formación de un consenso económico para acabar con la lacra del paro, y añadió que "el ejemplo de mi hermano [el rey Balduino] y de la reina Fabiola serán fuente de inspiración permanente".

Tras el juramento, Alberto II y su esposa, la reina Paola, recorrieron en coche descubierto el centro de la capital, aunque el ceremonial no despertó tanto interés popular como el cortejo fúnebre de Balduino el sábado anterior. El único incidente de la jornada lo protagonizó el diputado separatista flamenco Jean Pierre van Rossem, que gritó "¡Viva la república!" segundos antes de la jura.

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