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El ACNUR 'rompe' el cerco de Jablanica

Hambre en Bosnia central por corte de la ayuda humanitaria

Miguel Ángel Villena

ENVIADO ESPECIALLa práctica interrupción- desde hace semanas del envío de cualquier tipo de ayuda humanitaria ha comenzado a provocar situaciones de hambre entre la población de amplias zonas de Bosnia central. Con los hospitales al límite de sus medios y posibilidades y miles de refugiados famélicos, toda la región entre Mostar y Sarajevo está invadida por ejércitos (serbio, croata y musulmán), en unos combates en los que predominan ya los francotiradores y los grupos incontrolados frente a las unidades regulares. Un convoy de ACNUR, escoltado por cascos azules españoles, partió el viernes desde Metkovic y logró entrar en la ciudad musulmana del Jablanica, tras dos meses de asedio, en medio de la alegría de sus cerca de 20.000 habitantes.

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Centenaresi de niños acudían a la carretera para ver llegar a ocho camiones cargados de alimentos y medicinas para una ciudad sometida a una tenaza militar de serbios y de croatas.

Cuatro horas de viaje en blindados por casi impracticables pistas forestales y caminos de montaña, son necesarios ahora para llegar a Jablanica por una ruta abierta al oeste de la carrete ra principal entre Mostar y Sarajevo. Este recorrido está cortado en varios puntos por la línea del frente y los convoyes de ACNUR no se arriesgan a atravesar las zonas de combate. Mitad sol dados, mitad diplomáticos, los mandos de los cascos azules es pañoles, la Agrupación, Cana rias, se ven obligados -a negociar durante días y en ocasiones se manas el paso de los convoyes.

"La apertura de la carretera entre Mostar y Sarajevo es algo imprescindible antes de que llegue el otoño y la lluvia y la nieve impidan recorrer las pistas que ahora utilizamos", comenta el teniente coronel Manuel Castro. Mantener expedito el camino significa reconstruir puentes, limpiar de minas la carretera y pactar con los militares de cada bando el paso de los convoyes.

Una taza de sopa para tres personas puede ser todo el alimento para una familia durante un día entero, según señalan miembros del Comité de Guerra de Jablanica, que hace las funciones de ayuntamiento y se encarga de repartir la comida en la asediada ciudad. Encajonada entre las posición es croatas al oeste del río Neretva y las serbios al este, toda la zona de Jablanica y Konjic, de mayoría musulmana, está aislada desde el pasado mes de mayo. La existencia de centrales eléctricas y de industrias de armamento convierten esta comarca en la llave militar fundamental para el control de los accesos a Sarajevo.

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Entre las más de 60 toneladas que entraron el viernes en Jablanica se encontraban medicinas imprescindibles para afrontarlas necesidades de su pequeño hospital, atendido por ocho médicos. Con absoluta carencia de medios, muchos pacientes fallecen por falta de medicinas o instalaciones adecuadas. '

Una de las principales misiones del batallón español en Bosnia-Herzegovina consiste en el traslado de enfermos, en el intercambio de cadáveres de los bandos en guerra, y en una ayuda selectiva a refugiados ante la imposibilidad de escoltar convoyes diariamente. La presencia de numerosos francotiradores en. las montañas que marcan la línea del frente o en las tierras de nadie, supone uno de los mayores riesgos que. han de afrontar las tropas de Unprofor o los conductores civiles al servicio de ACNUR. Con bolsas de miles de refugiados en las ciudades de Bosnia central en manos de la Armija musulmana, sufren el continuo hostigamiento de los bombardeos en una táctica diabólica de guerra psicológica. Pero todos -soldados, oficiales de Unprofor y población civiles están convencidos de que otro invierno de guerra resultará fatal.

En medio de este ojo del huracán y con el gran objetivo de mantener abiertas las rutas de Bosnia central, los 130 soldados españoles desplegados en Jablanica -la mayoría de ellos legionarios- resisten en este campamento que ha sido fortificado y reforzado considerablemente en su seguridad con refugios durante los últimos meses.

Españoles alertados

Con el recuerdo reciente del legionario muerto y otros 17 heridos a finales de julio durante un bombardeo nocturno de la base -probablemente desde posiciones del Consejo de Defensa Croata (HVO)- los cascos azules aguantan el tipo durante los esporádicos bombardeos o los constantes disparos al paso de los convoyes. "Tenemos claro que hemos de permanecer aquí si queremos cumplir nuestra misión de ayuda humanitaria. Lo tenemos claro desde el coronel hasta el último soldado", señala el comandante Jesús Mariñas, responsable de la base de Jablanica.

El pasado viernes, las fuerzas croatas advirtieron al destacamento español de que pensaban bombardear' posiciones musulmanas próximas a su emplazamiento. "Los croatas lanzaron veinte proyectiles y volvieron a avisarles de que el ataque había finalizado", dijo ayer en Sarajevo Barry Frewer, portavoz dé las fuerzas de la ONU, en unas declaraciones recogidas por Efe.

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