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El juez que investiga la muerte de un legionario en Bosnia empieza a interrogar a los 'cascos azules'

Alfonso Armada

Lo que parecía una aventura juvenil degeneró en tragedia. Lo que parecía un suicidio se reveló homicidio. Lo que parecía un caso cerrado se ha convertido en un quebradero de cabeza para los cascos azules españoles en Bosnia-Herzegovina. Hasta el punto de que un juez togado militar se ha desplazado des de España, acompañado de tres miembros de la Policía Judicial y dos ayudantes, para investigar la muerte, en más que extrañas circunstancias, del legionario José Gámez Chinea, de 20 años. La comisión judicial empezó el jueves a realizar las primeras diligencias.

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Enseguida tomó contacto con las peculiaridades de la vida en esta parte de Bosnia, en la que el Consejo de Defensa Croata (HVO) dicta su ley. Para su traslado a Bosnia, el juez se han servido de una ley orgánica que establece que cuando hay tropas españolas desplazadas en el extranjero son los jueces militares españoles los competentes ante acciones delictivas.El grupo de peritos y el juez quisieron empezar por acercarse al. lugar de los hechos. Sin embargo, el jefe de la comisaría de Citluk no se encontraba en su despacho el viernes.

Los policías de la puerta tenían su propia versión de lo ocurrido: "Fue un suicidio. Nadie lo mató", decían, mientras indicaban que el caso había pasado a la jurisdicción de Mostar, un lugar poco recomendable para investigar crímenes, porque es zona de feroz confrontación entre la Armija bosnia y el HVO.

Pero además de la inspección ocular del lugar del crimen, la comisión empezó a interrogar a los denominados testificales, "personas que conocían al difunto", precisamente los compañeros de litera del legionario, que fueron los que primero pasaron por la criba de los mandos de la Agrupación Canarias cuándo no se sabía nada del paradero de Gámez Chinea.

La presencia de la comisión en Medjugorje supone el traslado del juzgado que lleva el caso a esta localidad croata, y su constitución con su correspondiente juez, relator y escribiente.

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El legionario Gámez Chinea pertenecía al tercio de la Legión con base en la isla canaria de. Fuerteventura, una de las unidades más conflictivas del conflictivo cuerpo. Según la nota facilitada por el Dirección de Relaciones Informativas y Sociales de la Defensa (DRISDE), el soldado abandonó su puesto de guardia en el acuartelamiento de la Agrupación Canarias en Medjugorje, una ciudad de la Herzegovina bosnia bajo control del Consejo de Defensa Croata (HVO), en la madrugada del 11 de julio.

En la garita se quedaron, perfectamente colocados, el casco reglamentario y el chaleco antifragmentación. El legionario se llevó su fusil y la munición. Esas circunstancias hicieron que se descartara desde el prinicipio el secuestro y se especulara con la deserción. Mandos de la agrupación incluso llegaron a decir que Gámez Chinea tal vez había decidido sumarse a alguno de los bandos en conflicto.

Pero el cadáver apareció una semana después, el viernes 16 de julio, en Hainzici, a 13 kilómetros de la base del batallón español en Medjugorje. El cuerpo se encontraba en avanzado estado de descomposición y con un disparo en la cabeza. Junto al cadáver se encontró un casquillo de 5,56 milímetros, de los denominados calibre OTAN, por ser los que utilizan todos los ejércitos de la Alianza Atlántica. El casquillo pertenecía al cargador de su propio Cetme, que estaba junto al cuerpo, al igual que su cuchillo de monte.

El cadáver de Gámez Chinea fue hallado por una campesina del lugar. En uno de los bolsillos aparecieron 940 marcos (75.000 pesetas) en efectivo. "Más de lo que un croata gana al afio", comenta un legionario. Según fuentes del DRISDE, el forense de Split, el responsable de la primera autopsia, "no se pronunció sobre las causas de la muerte". Al parecer, ni siquiera "hablaba de trayectoria".

"Algo raro"

"La propia agrupación" revela el comandante Ramón Álvarez, encargado del DRISDE en Medjugorje hasta el pasado miércoles, "pidió por propia iniciativa una segunda autopsia, porque vimos algo raro".El cadáver fue trasladado a España, donde un segundo análisis forense descartó la hipótesis del suicidio, que se había barajado en un principio, y estableció que la trayectoria del disparo hacía suponer que se trató de un homicidio: la bala entró por el lóbulo derecho y salió por la sien izquierda.

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