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"La televisión dice lo que pasa y la prensa lo que va a ocurrir"

El diario Le Monde, faro intelectual de la clase política española durante décadas, sigue siendo el gran periódico europeo forjador de opinión. Sobrio en su presentación y generoso en el análisis de la actualidad, es el vespertino más original. de la prensa internacional. Jacques Lesourne no teme la competencia de la sociedad del espectáculo que ha invadido el mundo de la comunicación.Pregunta. ¿La crisis de la lectura, el retroceso de la letra impresa frente: a la cultura de la imagen, amenazan proyectos como el que representa su diario?

Respuesta. No creo que la saturación informativa que genera la televisión -las imágenes de combates, de muertos en las calles de Bosnia- sirva para explicar lo que está pasando en la antigua Yugoslavia. La sociedad necesita medios de comunicación que le expliquen el porqué de lo que que ocurre. Además la televisión informa de aspectos dramáticos o muy importantes que ocurren en los países. Pero casi nunca informa de las cosas que van a pasar en esos países. Los diarios como Le Monde sí lo hacen. Por ejemplo, es importante saber que un partido húngaro ha invitado a su congreso a los representantes de la minoría húngara en Eslovaquia. Porque eso puede tener consecuencias en el futuro. Y ese tipo de noticias no aparecen en la televisión.

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P. ¿Ese periodismo de calidad, basado en redes de información propia, no se ve amenazado por los costes crecientes de la información?

R. Mantener unas redes de buenos periodistas no es lo más caro en un medio de comunicación. Los costes generados por las plantas de impresión y la distribución del diario repercuten mucho más en la vida financiera de los diarios.

P. ¿La crisis económica amenaza a un proyecto tan independiente como Le Monde?

R. La reconversión industrial, la búsqueda de rentabilidad de nuestra nueva planta de impresión, se ha hecho en medio de una crisis económica que, por ejemplo, redujo por 10 nuestros anuncios de empleo. La caída de la publicidad hizo descender los ingresos por publicidad del 50% de los ingresos totales. De todas formas, ése es un problema que ha afectado a toda la prensa europea.

P. ¿Existe la tentación de recurrir a recursos como la fotografía para buscar una mayor difusión del diario?

R. No se discute del tema de la fotografía en Le Monde. En la medida en que los mapas, los dibujos y las caricaturas siguen siendo importantes, no nos importa la fotografía, salvo en las páginas de arte. No hay en el mercado suficientes fotografías originales por que aporten una información suficiente en relación con lo que da la televisión. Hoy se puede ver cómo tres periódicos europeos publican el mismo día la misma fotografía en sus portadas, que, además, no aportan mucho en relación a las imágenes que se verán esa noche en la televisión. No es un tema que nos preocupe en relación con nuestros lectores, que en su mayoría tienen estudios universitarios, unos ingresos superiores a la media del país, y que por otra parte tienen otras fuentes de información.

P. ¿Participan de esa cultura periodística de querer ser el diario de mayor difusión del país?

R. No, no tenemos esa voluntad. Queremos que aumente nuestra difusión, pero si quisiéramos triplicarla tendríamos que ser un diario totalmente diferente. Para ello tendríamos que crear un diario totalmente diferente, dirigido a una parte mayoritaria de la población.

P. ¿Considera que el periodismo de calidad o incluso la deontología profesional ponen límites a la difusión de un diario?

R. El periodismo de calidad da difusión y en parte la limita. La deontología también ha limitado nuestro ingresos publicitarios. Porque a veces nos hemos negado a publicar según qué anuncios, como los de las empresa de tabaco que intentan evadir las limitaciones legales que impone la legislación francesa. Pero en todos esos casos le puedo asegurar que las decisiones se adoptan sobre criterios éticos y no sobre la ponderación de la cantidad que se gana o se pierde.

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