El petróleo alcanza el mínimo desde 1991 por el temor al retorno de Irak al mercado
El temor a que Naciones Unidas permita pronto a Irak reiniciar sus exportaciones de petróleo ha incrementado la presión a la baja sobre los precios, ahora en 116,20 dólares, el nivel mínimo desde el final de la guerra del Golfo, en febrero de 1991. La posible vuelta del crudo iraquí no podía haber ocurrido en peor momento para la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Tras ser incapaz de lograr un acuerdo para acomodar el aumento de producción en Kuwait, el cartel se enfrenta ahora a la perspectiva de que la oferta diaria aumente en 500.000 barriles adicionales (un 2%) si Irak acepta las condiciones de la ONU.
La repentina decisión de Irak de negociar con la ONU la venta de petróleo por valor de 1.600 mi llones de dólares durante seis meses -para financiar ayuda humanitaria- ha cogido por sorpresa al mercado y a la OPEP (productora de casi el 40% del crudo que se consume en todo el mundo). La noticia ha provocado una caída de más de dos dólares, has ta cerrar el viernes pasado a 16,20 dólares el barril de crudo Brent, el mínimo desde el final de la guerra del Golfo, en febrero de 1991, y muy lejos de los 21 dólares de objetivo inmediato que se ha fijado la OPEP.
Hasta ahora, Bagdad había rechazado todas las exigencias de la ONU por considerar que amenazaban la soberanía nacional. Por ello, el mercado había descartado la posibilidad de que Irak exportara antes de finales de este año. Sin embargo, las condiciones de vida han empeorado tanto en Irak que el Gobierno de Sadam Husein se ha visto forzado a dar marcha atrás y negociar.
Colocar el crudo iraquí
No obstante, antes de conocerse las intenciones iraquíes, hace apenas diez días, los precios se encontraban ya bajo presión. Las aspiraciones de Kuwait de aumentar su cuota de producción (de 1,5 millones de barriles diarios a '2,15 millones) al mar gen del techo pactado por la OPEP para el tercer trimestre (23,98 millones), así como la gran cantidad de inventarios en manos de: las compañías occidentales y la revisión a la baja de las perspectivas de demanda de petróleo en los países industrializados (OCDE), están de por sí deprimiendo los precios y, por tanto, dejan poco margen para acomodar el petróleo proviniente de Irak.
Los expertos vaticinan que el regreso del crudo iraquí al mercado a final del año eliminaría la oportunidad que le queda a la OPEP para resolver sus problemas de distribución de cuotas y reanimar los precios, según señala el informe sobre el mercado de crudo que elabora el Centre for Global Energy Studies que preside el que fuera ministro de Petróleo de Arabia Saudí durante más de 20 años, el jeque Ahmed Yamani.
La organización de productores de petróleo confiaba en poder utilizar el aumento de la demanda de crudo que se produce en invierno para acomodar la mayor producción kuwaití y permitir ligeros aumentos a algunos de los doce miembros. "Pero la entrada de Irak lo impedirá", señala este estudio. "La integración simultánea de Irak y Kuwait [cuyas exportaciones quedaron suspendidas durante la crisis del Golfo] es el principal reto al que se enfrenta la OPEP", añade.
Mientras que no se despeje la incertidumbre sobre la venta del crudo iraquí -las conversaciones se retoman esta misma semana-, el mercado continuará bajo presión, según coinciden en señalar varios expertos consultados. Un analista de la sala de contratación de Cepsa en España cree que, dada la pasividad mostrada por la OPEP, esta debilidad se prolongará hasta el próximo invierno. "Si se confirma el acuerdo Irak-Naciones Unidas, los precios del crudo pueden caer hasta los catorce dólares", asegura.
"El estado de decadencia dentro de la OPEP es el peor que ha habido desde el colapso de los precios ocurrido en 1986", señala el departamento de análisis de petróleo de Kleinwort Benson. Estos expertos creen que la imposibilidad de lograr un acuerdo para contener la oferta en los próximos meses dará como resultado unos precios extraordinariamente débiles hasta bien entrado el año próximo.
Kleinwort Benson duda también de la capacidad de respuesta de la organización de productores de crudo. No cree que ni tan siquiera una reunión de urgencia del cartel sirviera para detener este imparable proceso.
La actitud de Arabia Saudí
Los ojos están puestos, ahora, en Arabia Saudí, el principal productor de la OPEP, que ha aumentado su cuota del 25% al 35%. Sin embargo, el Gobierno saudí se ha negado sistemáticamente a dar marcha atrás en sus últims conquistas para disgusto de los miembros más partidarios de impulsar los precios, liderados por Irán.
La negociación, pues, se presenta muy difícil. Su fracaso podría suponer la ruptura del oligopolio que en 1973 y 1979 puso contra las cuerdas el crecimiento del mundo occidental, algo de lo que en esta ocasión, por lo menos, no se le puede acusar.
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