Crece la polémica en Alemania por la muerte de un terrorista

La extraña muerte del miembro de la Fracción del Ejército Rojo (RAF) Wolfgang Grams en un enfrentamiento con las unidades especiales de la policía antiterrorista alemana (GSG9) sigue sin aclararse. La Oficina Federal de la Policía (BKA) rechazó ayer, calificándola de "impensable", la información publicada por el Stuttgarter Nachrichten, citando fuentes del entorno de los GSG9, según la cual existe un pacto secreto entre los miembros de este grupo de élite por el que, cuando uno de ellos es muerto por un delincuente, los demás deben hacer lo posible para que el asesino no salga con vida del lugar de los hechos.El Ministerio de Justicia de Schwerin anunció que los tres informes separados sobre lo sucedido durante la acción policial del pasado día 27 de junio en la estación de ferrocarril de Bad Kleinen, en la que murieron Grams y el miembro de las GSG9 Michael Newrzella, serán hechos públicos la semana que viene. Entre otras cosas se espera que aclaren la confusión sobre el arma con la que fue hecho el disparo a quemarropa sobre la sien del supuesto terrorista. Desde el primer momento se descartó que se tratara de la pistola reglamentaria de los GSG9, por lo que se apuntaba hacia la propia arma de Grams.