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Miguel Bosé interpreta a un ciego maestro del Corán en 'La noche sagrada'

Estreno en París de la primera película basada en la obra de Tahar Ben Jelloun

"Oriente es el subconsciente de Occidente, como la noche es el inconsciente del día o la mujer el del hombre" afirma Nicolás Klotz, el director de La noche sagrada, una película basada en textos de Tahar Ben Jelloun que acaba de estrenarse en Francia. Klotz precisa que en los tres casos también puede decirse: "Y viceversa". En el filme, Amina, la cantante tunecina instalada en París, interpreta el doble papel de Ahmed y Zahra; Miguel Bosé encarna a El Cónsul, un ciego que enseña el Corán a los niños.

Quizá peque de ambiciosa la película de Klotz al intentar sintetizar los argumentos de El niño de arena y La noche sagrada, dos complejas novelas del marroquí Ben Jelloun, ganador en 1987 del Premio Goncourt. Esa ambición atropella el relato, le quita el tiempo necesario para que los personajes adquieran espesor y credibilidad. El resultado es un filme controvertido: hermoso para unos; pretencioso para otros; irregular en cualquier caso.Queda, eso sí, el placer de los paisajes naturales, urbanos y humanos de Marruecos, filmados con gran sensibilidad. Y también, en determinados momentos, el acierto en la transmisión de la sensación de leyenda que impregna los textos de Ben Jelloun.

La acción del filme se sitúa en el Marruecos de la primera mitad del siglo. Tras haber tenido siete hijas, un comerciante acomodado llega a la conclusión de que una maldición pesa sobre él. Para forzar al destino e impedir que su hermano se apodere: de su herencia, el hombre decide que su octavo hijo será un varón. Se llamará Ahmed y heredará su casa y sus negocios.

Pero el octavo hijo también será una niña. De acuerdo con la voluntad de su padre, la desdichada vivirá hasta los 21 años fingiendo ser Ahmed. En la noche sagrada, la del día 27 del Ramadán, cuando los ángeles bajan a la tierra para poner orden en los asuntos humanos, el padre le pedirá que recupere su verdadera identidad femenina y, justo antes de morir, la llamará Zahra. Ella enterrará las cosas de Ahmed en la tumba de su padre y partirá a la búsqueda de su identidad de mujer. Recalará en una ciudad santa, donde le acogerán la directora de un hamman y su hermano, El Cónsul. Éste se enamorará de Zahra.

En el rodaje de la película, desarrollado en Fez y Mulay Idris, Bosé se convirtió en uno de los miembros más entusiastas del equipo. "Nunca", dice, "había interpretado un personaje tan torturado y al mismo tiempo tan lleno de humanidad. He encontrado en la soledad que atormenta a El Cónsul algunas de mis propias emociones personales".

La película ha permitido a Bosé reflexionar sobre el fatalismo, que es "una manera de dramatizar la luz y de iluminar el drarna". Klotz, por su parte, afirma que ha querido contar "una historia universal: la de las vacilaciones misteriosas de lo femenino y lo masculino". En cuanto a Ben Jelloun, el sentimiento que domina al escritor es el de la "alucinación al ver cómo otros ponen rostros y cuerpos a tus propios personajes

Para Bosé, de 37 años, su participación en La noche sagrada marca el fin de dos temporadas dedicadas al cine. El artista acaba de regresar a la música presentando el disco Bajo el signo de Caín.

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