Una escuela de paz para los policías de medio mundo

La Academia de Policía de Ávila inaugurará en septiembre los primeros cursos sobre misiones de paz que se imparten en España. Sus destinatarios serán agentes policiales de todo el mundo, y especialmente de países de habla hispana, cuya participación en las operaciones de la ONU tiene una importancia creciente.Ante la multiplicación de los cursos dirigidos a militares -que organizan los países escandinavos, Austria, Canadá, Argentina o Uruguay, entre otros muchos- el Ministerio de Asuntos Exteriores, en coordinación con el Ministerio del Interior, ha preferido dirigirse a los miembros de las fuerzas de seguridad, convirtiendo a España en uno de los pioneros en este campo.

Casi cincuenta guardias civiles participan desde hace varias semanas en el control del embargo a Serbia por el río Danubio desde la localidad de Ruse (Bulgaria); más de un centenar de miembros de la policía y de la Guardia Civil están en El Salvador, donde colaboran en la cración de un nuevo cuerpo policial, en el que se integran muchos miembros de la antigua guerrilla; el Ministerio del Interior está planeando el despliegue de unos 250 agentes para impedir el tráfico ¡legal de mercancías hacia Belgrado desde la pobre ex república yugoslava de Macedonia; un oficial de la Guardia Civil se trasladará en los próximos días a Suráfrica, dentro de una delegación de observadores de la Comunidad Europea.

Operaciones civiles

Según Miguel Ángel Fernández-Marambroz, embajador especial del Ministerio de Asuntos Exteriores para misiones de paz, casi una cuarta parte de los componentes de las principales operaciones de la ONU no son militares, sino policías, aduaneros, jueces, ingenieros o médicos.Las nuevas misiones de paz ya no se limitan a separar a las facciones contendientes, sino que incluyen la celebración de procesos electorales (como en Namibia, Nicaragua o Camboya) e incluso, en ocasiones, la creación de una Administración provisional destinada a organizar la sociedad hasta que se reconstruya el Estado destruido por la guerra, como es el caso de Somalia.

También el ministro de Defensa, Julián García Vargas, ha destacado la necesidad de desmilitarizar, en la medida de lo posible, estas operaciones, y ha realizado un llamamiento al conjunto' de la sociedad para que, a través de¡ voluntariado y de las organizaciones humanitarias, se incorpore activamente a las misiones de paz. Asociaciones humanitarias como Médicos sin Fronteras o el Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL) entre otras, ya lo están haciendo, aunque no en la medida de países con tradición en este campo. como Francia.

Según García Vargas, militares y civiles deberían trabajar y planificar, hombro con hombro, estas misiones, creando incluso "estados mayores conjuntos".