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Franco Battiato una la crítica política con los compositores clásicos

En su último disco, el canatautor italiano interpreta a Beethoven, Wagner y Brahms

Aunque dice encontrarse "fuera de sitio", Franco Battiato vuelve a publicar un disco tras un largo silencio. Diez años después del éxito de L'arca de Noe, el cantautor siciliano, regresa para cantar a Beethoven, Wagner y Brahms, al tiempo que ataca con dureza la corrupción política italiana, canta contra Sadam. Husein y hace profesión de fe del sufismo. Es la propuesta de un músico peculiar, que afirma estar 9ejos de la realidad contemporánea".

Desde que en 1971 publicó su primer disco, Fetus, Franco Battiato siempre se ha desmarcado de los caminos por los que circula la música popular, contemporánea, Nació en 1947 en la ciudad siciliana de Iona y, tras estudiar guitarra, enseguida apuntó hacia lo inhabitual, que en su caso tenía apellidos musicales: Stockhausen, Nono, Cage. Era la de los setenta la década de la locura investigadora.Después, el éxito popular en los ochenta, con discos como L'arca de Noe (1982) y Nómadas (1987). En los noventa, Battiato riza el rizo y retorna a los clásicos. En su reciente Como un camello en un canalón, el cantautor italiano interpreta a Beethoven, Wagner, Brahms y Berlioz, al tiempo que canta en el tema Pobre patria: "Mi pobre patria, aplastada por los abusos del poder de gente infame que no conoce el pudor. Se creen los dueños todopoderosos y piensan que todo les pertenece". Y Battiato rezonga: "En estos momentos, me parece estar fuera de Sitio, aunque espero reencontrarlo".

Mal metafísico

Franco Battiato se esfuerza en hablar castellano y logra darse a entender cuando se refiere a Sadam Husein -"Compuse una canción contra Sadam, que interpreté en Irak hace un año. No se puede pensar en Dios y matar hombres al mismo tiempo"-, y a Bill Clinton -"Casi se puede decir lo mismo"- Para el cantautor, "somos espectadores pasivos de la sinrazón. Es un mal metafísico del planeta".

Con la metafísica hemos topado. En el caso de Battiato, una metafísica lejana, que llega de Oriente, de los sufíes. El artista italiano coge bolígrafo y cuaderno para escribir algunos nombres: Al Giuneid, Al Hallaji, Abd al Qádar, Farid Addin Attar, Al Chazali... "Soy un amante de los textos sufies", dice, Battiato, antes de extenderse sobre los nombres que acaba de escribir. "Al Hallaji decía que no era necesario ir a La Meca para encontrar a Dios. Al Giuneid, que el agua toma el color del vidrio. Todos los sufíes estaban contra el dinero, contra la riqueza material. Los descubrí cuando tenía 25 anos, casi como una atracción misteriosa. Es como descubrir otro mundo musical a través de esta filosofía". Estos teóricos indios, turcos y muslumanes de los siglos X al XIII, "cercanos a los poetas místicos tradicionales", según el cantante, le hace sentirse Iejos de la realidad contemporánea". "No escucho a Madonna para excitarme", dice Battiato. "Creo en otro tipo de contemporaneidad, la del tiempo que pasa con consciencia".

Battiato parece preocupado en mirar con un ojo al pasado y con el otro al, futuro. Fue de los primeros cantautores en basar su música en los ambientes creados por ordenadores y sintetizadores. "La música contemporánea clásica no la soporto" dice. "Hay muchos músicos verdaderamente contemporáneos en el mundo que no son conocidos por el público". Y habla de Aarvo Paart, del que afirma que su música "se puede apreciar hoy de la misma manera que lo será dentro de 50 años".

Y Franco Battiato se despide dejando bien claro su posición: "Soy un artista primigenio, amo la música meditativa e intento ser fiel a mis raíces de Sicilia, una isla que estuvo dominada durante siglos por los árabes. Mis canciones pertenecen a la cultura mediterránea".

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