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Desandar lo andado

La crisis y el paro en Europa amenazan el Estado de bienestar y la Unión Monetaria

Javier Moreno

Los 17 millones de parados de la Comunidad Europea (CE) amenazan el Estado de bienestar. El aumento de los gastos de protección social y la disminución de ingresos por la caída de la actividad económica disparan los déficit públicos en toda Europa, alejando cada vez más a los países comunitarios de la Unión Económica y Monetaria. La peor de las pesadillas se ha hecho realidad en forma de círculo vicioso."El desempleo eleva el déficit público, lo que anima a los gobiernos a recortar el gasto, que reduce el crecimiento y eleva el desempleo", según afirma David Roche en un informe del banco de negocios Morgan Stanley. El Comisario de Economía de la CE, Henning Christophersen, ya advertió a principios de año que el paro amenazaba los logros de 50 años: protección social y unión europea.

Morgan Stanley afirma que el paro ha puesto a Europa "en el límite de la tolerancia social, especialmente ahora que el Estado ya no puede pagar para mantener las colas [de parados] tranquilas". Sin embargo, algunas voces, como el Comisario, Abel Matutes, ya han pedido la rebaja del Estado de bienestar. Hasta el punto que que el propio presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors ha intervenido esta semana. "No he venido aquí a regresar a condiciones de trabajo de hace 50 años", dijo.

Pero los primeros signos están ya ahí, inconfundibles. Alemania ha anunciado un gigantesco programa de ahorro de más 1,5 billones de pesetas que recaerá en su mayor parte sobre parados y destinatarios de ayuda social. "Los planes de ahorro del Gobierno son un paso en la dirección correcta", dice Hilmar Kopper, del consejo de dirección del mayor banco alemán, el Deutsche Bank.

Sin embargo, los sindicatos acusan al Gobierno de "desestabilizar el país". Éste se defiende asegurando que el recorte es la única manera de limitar el déficit al 6% del Producto Interior Bruto (PIB) este año y de que el Bundesbank rebajase el precio de dinero.

Dos días después de anunciar Bonn su plan de ajuste, el banco central recortó sus tipos. Créditos baratos suponen facilidad para invertir y crear empleo. Es romper el círculo vicioso.

Francia desea romperlo de forma más rápida. El estado de su economía le permitiría hacerlo, pero la pertenencia al Sistema Monetario Europeo (SME) le ata a los altos tipos de interés que mantiene el Bundesbank.

Según el diario británico The Times, el Gobierno francés ha prometido a los empresarios que colocará los tipos de interés al 4% a principios de 1994 -2,75 puntos por debajo de sus tasas actuales-. Algo muy difícil dentro del SME, sin la colaboración del Bundesbank.

La discusión está abierta. El alejamiento de la CE de Maastricht, (ver cuadro), da alas a sus enemigos. En Francia se escuchan ya voces que piden que el país salga del SME.

De momento, el gobierno conservador de Edouard Balladur ha optado por recortar 700.000 millones en la sanidad pública. Francia recorta el gasto social y juega con la idea de salirse del SME. Sus empresarios comienzan a hablar de devaluación competitiva al referirse a las políticas cambiarias de España, Italia y Reino Unido. Los dos últimos, fuera del SME.

"La recuperación de la economía en Italia y el Reino Unido se produce a expensas de la recesión en Alemania y Francia", afirma Morgan Stanley. Desde que Gran Bretaña abandonó el SME en septiembre de 1992, ha bajado decididamente sus tipos de interés, y lleva nueve meses de débil crecimiento tras dos años de recesión.

Pero la ortodoxia del SME le niega el pan y la sal. "La recuperación de Gran Bretaña, que en parte se debe a la depreciación de su moneda, no se puede tomar como modelo para otro país comunitario", asegura Kopper.

España, mientras, se despierta con la brutal caída del PIB en el primer trimestre y mira a su alrededor desorientada. Su situación es una mezcla de casi todos los demás: su moneda se ha devaluado un 20% como la británica, pero sus tipos son los más elevados de la CE, excepto Grecia. Ve como Francia y Alemania recortan gasto social. Pero su nivel de protección social -entre cinco y ocho puntos de PIB por debajo de Francia o Alemania-, malamente le permite un planteamiento similar. Para rematar, su tasa de paro dobla la francesa, por no hablar de la alemana. Romper el círculo vicioso es más imprescindible, y delicado.

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