Françoise Sagan: "Por fin me consideran una auténtica escritora"
La novelista francesa publica su primer libro de memorias.
Estos días, casi todo París celebra el último libro de Françoise Sagan, Con toda mi simpatía, lo que parece el comienzo de sus memorias. El retrato de Sagan está en todos los escaparates y periódicos, y el popular animador de televisión Bernard Pivot le ha consagrado la emisión número 100 de su programa Bouillon de Culture. "Por fin me consideran una auténtica escritora" exclama François Sagan, que ha publicado cerca de 40 títulos.
La escritora, en su último libro, habla con sencillez de las personas y de: los asuntos que le fascinan: "Del campo y los caballos, de Ava Gardner y su belleza intrínseca, de la herida que se esconde en el alma Catherine Deneuve, del carácter afectuoso y extraordinario de Gorbachov, de las cartas de adiós, de la risa, de la locura de Fellini, o de los veranos de todas sus infancias".Lanzada muy joven a la celebridad y al dinero gracias al éxito fulgurante de Bonjour, tristesse, la personalidad de Sagan y su amor desmesurado por el juego, las drogas y los coches descapotables, la han convertido en una leyenda viva. Pese a tener 55 anos, esta mujer da la impresión de no haber dejado nunca de ser una chiquilla con mal genio.
Françoise Sagan vive en un lujoso apartamento muy cerca de Chanips de Mars, los jardines de la torre Eiffel. En su casa, la decoración recuerda la moda de los años cincuenta. Por un momento todo parece haberse inmovilizado y conservado el aspecto y la estética de una época muy lejana. "No niego que soy nostálgica. Al revés".
Durante años, la crítica ha intentado demoler a la novelista achacándole su gusto exagerado por la frivolidad. Pero nunca lo consiguió. Su popularidad es inmensa y sus libros se multiplican y se venden por todo el mundo como panecillos. Sagan se retuerce en el sillón: "No lo entiendo, me reprochan una cierta facilidad, pero no se dan cuenta que obtener un efecto de fluidez, de ligereza, es lo más dificil de conseguir. Al fin y al cabo, la literatura ha de ser comprendida por todo el mundo. La lectura es más importante que el hecho de escribir".
En la biblioteca abundan los libros de autores ingleses y americanos. ¿A qué tradición pertenece su obra? "No sé, a la de todo el mundo. A la de Balzac, supongo. Las categorías, o las filiaciones, no me interesan. Yo me quedé en Sartre y Camus. Desde entonces no logro apasionarme por nada en especial".
En las paredes hay muchos cuadros con motivos realistas. "Allí", dice la anfitriona señalando uno de ellos, "están Pushkin y Gogol bebiendo y conversando en una taberna". Y continúa, "de no haberme dedicado a escribir me hubiese gustado ser compositora. O pintora", y lo dice como si fuese una evidencia. "Porque el arte es un juego delicioso de placer y de sufrimiento a la vez. Lo esencial consiste en la intuición. Sin la intuición el arte no vale nada".
En política, Françoise Sagan se define así: "He sido socialista. Ya no confío del todo en los socialistas. Sigo a pesar de todo siendo socialista. La culpa de nuestra decadencia la tienen los americanos. La caída del muro de Berlín, paradójicamente, ha tenido consecuencias nefastas para los europeos, porque nos ha desviado de nuestra tendencia natural hacia los países del Este, y hoy esta situación nos está echando en brazos, sin posibilidad de resistencia crítica, de la cultura americana".
Y añade: 'Tos valores que prevalecen actualmente son el cinismo y el dinero. Diríase que no existen otros. ¿Dónde están los valores humanistas y generosos de los años sesenta, aquella época en donde la gente era sincera, tenía menos miedo a ser como era, no se encubría y mentía menos?".
Babelia
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