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Redondo asegura que la moderación salarial no será un impedimento para el pacto social

El comité confederal de UGT hizo ayer una apuesta inequívoca por el futuro diálogo social y dejó claro el cierre de filas en torno a su secretario general, Nicolás Redondo, lo que pone punto final a las críticas de días pasados. El máximo órgano de decisión entre congresos del sindicato debe aprobar en la reunión que concluye hoy las propuestas que defenderá en las inminentes negociaciones sin que sean entendidas como condiciones previas. Nicolás Redondo advirtió que la parte más dificil del futuro pacto social no será la moderación salarial, sino la defensa de los derechos laborales de los trabajadores cuando se discuta la reforma del mercado de trabajo, y la protección social.

La práctica totalidad de los dirigentes de UGT que ayer intervinieron en el comité confederal manifestaron el apoyo a su líder y algunos criticaron a los sindicalistas que en días pasados pidieron que se abra el proceso de sustitución de Nicolás Redondo. En concreto dijeron que "esos comentarios en los medios de comunicación perturban al sindicato" y pidieron que las críticas se hagan en el seno de la organización. El secretario general de construcción, Manuel Garnacho, recibió los ataques más directos por parte de los responsables de comercio, Gonzalo Menéndez, y de hostelería, Juan Mendoza. Garnacho apostó de nuevo por un sindicato moderno y por un cambio de estatutos que establezca la edad de jubilación de los dirigentes sindicales a los 65 años, y defendió un pacto por el empleo.En el debate sobre el futuro diálogo no hubo en cambio fisuras. Los ugetistas, sin excepción, quieren que se abra una negociación seria y sin condiciones por todas las partes y al gunos recordaron la cultura negociadora de UGT, sindicato que ha firmado todos los grandes pactos logrados desde la transición democrática.

Ley de huelga

La dificultad que ayer intentaba resolver el comité confederal es cómo delimitar el terreno negociador y las propuestas de los sindicatos sin que sean confundidos con condiciones previas que impiden empezar la negociación. UGT considera importante que no se renegocien puntos ya pactados como las leyes de huelga y de salud laboral y espera que el Gobierno respete lo acordado sin hacer de ello un problema.La moderación salarial, en cambio, no se ve como una barrera y en ello coincidieron Redondo y varios dirigentes de federaciones. El secretario general cree que un pacto de rentas es viable siempre que el compromiso se extienda no sólo a los salarios, sino también a las rentas empresariales. Presume que las mayores dificultades se van a encontrar en la defensa de los derechos laborales cuando se discuta la reforma laboral, y si alguna de las partes propone facilitar el despido o individualizar las relaciones laborales. Redondo insistió en que facilitará el, acuerdo social, un giro a la izquierda y una política de progreso.

Aunque el sindicato no quiere prejuzgar las alianzas políticas, el líder de UGT y otros dirigentes dejaron claro que algún tipo de pacto de legislatura entre el PSOE e Izquierda Unida les daría una mayor confianza que una alianza con los nacionalistas la UGT de Cataluña es la única que defendió que, extender ese pacto a CiU, garantizaría también un programa de gobierno de progreso-. La dirección del sindicato socialista y los responsables de IU tienen previsto mantener un encuentro el próximo lunes, similar al que la coalición política mantuvo a principios de esta semana con CC OO. En ella quedó de manifiesto que IU defenderá un gran número de demandas sindicales y seguirá apoyando la ley de huelga.

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