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El presidente del PP de Madrid trabaja su reelección tras seis años sin congreso regional

Javier Casqueiro

Alberto Ruiz Gallardón se ha movido y han florecido los huecos. El hasta ahora presidente y portavoz del PP en la Asamblea de Madrid delega esta última funciónen Antonio Beteta, para ser el máximo responsable de su grupo en el Senado. Este ascenso acelera una renovación en al menos 15 cargos autonómicos del partido, pero ninguno interno. Luis Eduardo Cortés, presidente del PP de Madrid, cambió tras las elecciones su escaño regional y el de senador por el de diputado nacional, pero no está dispuesto a perder el control del partido tras seis años sin congreso.

El IPP ha tenido que modificar sus estatutos para disociar los cargos de portavoz y presidente del grupo en la Asamblea de Madrid, que acaparó en los últimos seis años, hasta ayer, Alberto Ruiz Gallardón.El PP, sin embargo, no cambiará sus normas internas para que: Luis Eduardo Cortés pueda continuar al mando de la organización en Madrid tras casi seis años sin celebrar un congreso regional. Los estatutos aprobados por el PP en su XI Congreso Nacional de Madrid, el pasado febrero, especifican, en su artículo 6, la incompatibilidad entre el cargo de parlamentario nacional y una presidencia territorial del partido. Pero esquivar este precepto no precisa ninguna reforma de los estatutos, porque también prevén esta excepción para casos que el comité ejecutivo nacional considere especiales.

Luis Eduardo Cortés no quiere manifestarse sobre esta eventualidad. Pero fuentes próximas al presidente regional reconocen que le gustaría mantenerse al frente del PP de Madrid: "En este caso, n o hay inconveniente geográfico, y tampoco tiene sentido abrir heridas en una estructura que no crea problemas y que funciona perfectamente, como se ha comprobado por los buenos resultados electorales".

Otras fuentes del PP, sin embargo, entienden que esa continuidad pondría en evidencia la pretensión de Cortés de "perpetuarse en el poder tras no haber convocado el congreso regional desde noviembre de 1987".

Esta asignatura se pretende aprobar en octubre, junto con una reforma más completa que la actual de portavoces en distintas comisiones de la Asamblea y de consejeros en Telemadrid. El PP convocará entonces su congreso de Madrid, pero Luis Eduardo Cortés jugará antes sus cartas. Comunicará sus pretensiones a José María Aznar, el presidente nacional, y aceptará su resolución.

Cortés lleva siete años como presidente regional; casi los seis últimos, sin refrendo de los militantes de base. En alguna ocasión ha explicado que la dirección de su partido le ha obligado a tragarse este sapo para no generar disensiones antes de los pasados comicios generales, en una organización que transmitía "imagen de unidad".

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El relevo generacional e ideológico del PP en Madrid se producirá, por tanto, en ese congreso regional. Colaboradores de Luis Eduardo Cortés se afanan en definirle como un político "liberal", aunque admiten en privado que no ha podido, durante estos siete años, cambiar a todos los representantes del ala más de derecha de su partido en algunos distritos o municipios.

La explicación que se ofrece es que algunos son concejales de áreas importantes: el responsable de Obras de Madrid, Enrique Villoria, cuestionado por el caso EMV, es vicepresidente regional, y el de Sanidad, Simón Viñals, quemado por distintos conflictos en la funeraria, preside el PP de Chamartín; o son presidentes de juntas: los concejales Venancio Mota, Manuel Martínez Blanco, Miguel Martín Vela e Isaac Ramos son responsables del PP en Usera, Carabanchel, Fuencarral y San Blas, respectivamente. Y relevarles sería una invitación a la oposición a explotar las debilidades internas.

Otras fuentes del PP, por el contrario, indican que son precisamente los militantes y presidentes de las agrupaciones más recalcitrantes y con más años en el cargo -la mayoría de los citados- los que sostienen a Luis Eduardo Cortés en el partido, en contra, inicialmente, de la opinión de la nueva directiva, encabezada por Aznar.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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