"Los pacientes deben el cambiar la cultura de los médicos"
La revolución cultural a la que alude Hortobagyi está aún pendiente en países como España, donde son escasos los facultativos que informan abiertamente a sus pacientes sobre los riesgos y beneficios de las distintas alternativas terapéuticas. Tras esta afirmación, Gabriel Hortobagyi, colombiano de origen, se anticipa a las críticas de sus colegas afirmando que en Estados Unidos ese cambio se ha realizado después de un intenso debate protagonizado por "la prensa laica y las mujeres". Mujeres como Rose Kushner, fallecida hace año y medio tras más de una década luchando contra un cáncer de mama. Durante ese tiempo convirtió su profesión -"trabajaba como free lance en varios periódicos", recuerda Hortobagyi- en un arma eficaz para cuestionar la actuación de los médicos. . "Se presentaba en los congresos y, a micrófono abierto, increpaba a los presentes: ' ¿Cómo se atreven ustedes a decidir sin decir nada a las mujeres?'. Hará unos doce años, y yo mismo me sentía incómodo; chocaba frontalmente con mi formación médica".
Preguntas y respuestas
Ahora, gran parte de los pacientes se presentan con una lista de preguntas y plantean sin titubeos: doctor, ¿tengo cáncer o no? "Por ley, le tengo que informar, pero tengo que saber qué información está listo para absorber. Cuando me hacen una pregunta directa yo doy una respuesta directa".Como una consecuencia también de ese cambio, este, especialista reconoce que, en ocasiones, hace "algo que no, cree que sea la mejor medida terapéutica" por respetar los deseos de su paciente. "Yo soy el servidor del paciente, no su dueño", afirma Hortobagyi. Porque la cultura -en este caso, los valores que la sociedad ha transmitido sobre el cuerpo. de las mujeres- está presente en el valor emblemático que se le concede al pecho como símbolo de la feminidad. Y son muchas las mujeres que rechazan la cirugía radical modificada (extirpación de mama y ganglios), optando por una recesión menor (extirpar sólo el tumor). "Toda mujer puede ser tratada con cirugía radical modificada, pero no todas pueden serlo con una recesión menor. En EE UU, del 30% al 40% de las mujeres se tratan con cirugía de conservación. El punto más importante es que la paciente entienda cuál es su mejor situación de curación".
"La tendencia actual", continúa, "es que si no hay probabilidad de mantener un aspecto estético aceptable es mejor extirpar la mama, reconstruyéndola entera posteriormente. Una decisión que no es baladí si se tiene en cuenta que el tipo de intervención pone en juego la supervivencia. Y el cáncer de mama acapara en España el 18% de las muertes femeninas por tumores malignos, ostentando el primer lugar.
La supervivencia está condicionada también por el estadío en que se detecta el tumor, de ahí que los especialistas reclamen insistentemente campañas para diagnóstico precoz. Estas se basan en dos puntales: la autoexploración. mensual y la realización bianual de mamografías. Pero en este terreno entra en juego también la cultura: difícilmente las mujeres que no se han visto nunca desnudas frente a un espejo -habitual en las generaciones mayores- se realizarán mensualmente una autoexploración mamaria.
Con respecto a las mamografías, aún está viva la polémica provocada por la afirmación de los especialistas norteamericanos sobre que esas pruebas son ineficaces en las menores de 50 años. "Hay una diferencia muy grande entre demostrar que algo no sirve y no demostar que algo sirve", dice Hortobagyi. "La gran mayoría de los estudios sobre diagnóstico precoz con mamografías -solas o acompañadas de reconocimiento de las mamas por personal entrenado- muestran una reducción en la mortalidad en tomo al 30%. Pero hay que señalar" continua, "que hasta ahora se ha estado trasladando el resultado de los estudios realizados con mujeres de 50 a 65 años a grupos más jóvenes". "Esto no es correcto. Por debajo de esa edad", matiza Hortobagyi, "hay que ampliar los estudios". A su juicio, el problema radica en que, al ser mucho más frecuente el cáncer entre las más mayores, los estudios han incluído un número insuficiente de jóvenes.
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