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Entrevista:

"No rechazo acuerdos puntuales y de interés general con el PP"

Antonio Trevín Lombán, socialista, 37 años, tomará posesión el martes como nuevo presidente de Asturias. Será el jefe de un Ejecutivo autónomo más joven de España. Profesor de EGB y casado con una maestra, afiliado al PSOE desde 1983 y alcalde de Llanes desde hace seis años, asegura que su principal objetivo como presidente regional será aunar a Asturias para superar el grave declive industrial y económico del Principado y dar protagonismo a las áreas marginadas. Para ello, Trevín estima que sus posibilidades reales de entendimiento "están con el CDS e Izquierda Unida", pero afirma: "No rechazo acuerdos puntuales y de interés general con el PP".

Pregunta. Esta es la primera vez que un socialista llega a la Presidencia de Asturias sin el apoyo unánime del partido. ¿Debilitará esto su acción de gobierno?

Respuesta. Me siento respaldado por todo el partido. Es verdad que ésta ha sido la primera vez que se opta entre dos candidatos. Se inaugura así una nueva cultura en el PSOE asturiano, que ya existía en otras federaciones socialistas y en otras fuerzas políticas cuando no hay unanimidad: se abre un proceso de discusión y se vota. No hay nada traumático.

P. ¿Qué diferencias existen en el PSOE asturiano entre oficialistas y renovadores?

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R. Asturias es una región compleja. La comarca siderúrgica [en la que se apoya el sector renovador] y las cuencas mineras [en las que está arraigado el sector oficial] tienen contraopiniones. Y ese esquema se reproduce también en otros partidos políticos asturianos. Mi obligación es buscar elementos comunes.

P. La divergencia entre el sector renovador del PSOE asturiano y el oficial ¿tiene correlato con la dicotomía entre guerrismo y felipismo?

R. No. En Asturias es más complejo, y esa dicotomía entre Felipe González y Alfonso Guerra es matizable.

P. Usted y los partidarios del candidato alternativo, Bernardo Fernández, hasta ahora vicepresidente del Principado, se disputan el discurso de renovación enunciado por Felipe González. Si todos son renovadores, ¿lo son más unos que otros?

R. El espíritu de renovación y del nuevo "impulso democrático" es compartido por el PSOE en su conjunto. Lo que tenemos que hacer ahora es plasmar en la práctica esas convicciones. Es muy positivo que todos participemos de ese espíritu.

P. Asturias es una región subsidiada por el Estado. En esas circunstancias, ¿es posible una política de confrontación con el Gobierno central como reclaman quienes acusan de sucursalistas a los socialistas asturianos?

R. No comparto totalmente que seamos una región subsidiada, aunque es cierto que el 28% de nuestro producto interior bruto (PIB) depende de transferencias del Estado. Pero esto tiene su origen en unos sectores industriales en declive con los que Asturias aportó una gran riqueza a España en décadas pasadas. La política más acertada para defender los intereses de Asturias no es la confrontación frontal, sino la negociación tenaz, incansable y contundente, y siempre con argumentos que estén cargados de razón. No regatearé esfuerzos. La confrontación permitiría una popularidad inmediata pero engañosa y, a la larga, nefasta para Asturias.

P. ¿Han quedado dañados la credibilidad del Principado y el prestigio de la institución por el escándalo del petromocho, que suscitó la dimisión de su antecesor?

R. El daño ha sido pequeño gracias al gesto de coherencia y de coraje político de Juan Luis Rodríguez-Vigil al presentar su dimisión. Y esto ha sido valorado por los ciudadanos. En otras regiones también se anunciaron inversiones multinacionales que resultaron inexistentes y no dimitió nadie. En Asturias sabemos asumir la responsabilidad de los errores.

Construcción del Estado

P. ¿Le preocupa que un pacto del PSOE con los nacionalistas suponga privilegios para Cataluña y País Vasco en detrimento de las demás regionales?

R. No me atemoriza. Creo en el derecho de los nacionalistas a tener un criterio de España y a participar en el Gobierno del país, pero siempre que eso sirva a la construcción del Estado, a la estabilidad y no entrañe agravios comparativos, que desde Asturias no serían aceptables. Conociendo al PSOE y a Felipe González, sé que eso no va a ocurrir.

P. Usted gobernará en minoría, con el exclusivo apoyo presupuestario del CDS. ¿Buscará nuevas alianzas?

R. Nuestras posibilidades reales de entendimiento están con el CDS e Izquierda Unida, aunque no rechazo acuerdos puntuales y de interés general con el PP. La situación está abierta y me daré tres meses para sopesar las posibilidades. No tomaré ninguna decisión antes de hablar con todos los partidos y también con todos los agentes sociales, que en Asturias tienen mucho peso.

P. ¿Le preocupa estar siendo investigado por una comisión parlamentaria por posibles anomalías en el plan urbanístico de Llanes que usted diseñó siendo alcalde?

R. Esa comisión lleva trabajando ya siete meses. No tengo nada que temer.

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