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Y ahora, dos años en Estados Unidos

La Monarquía española ha cambiado, no cabe duda. Hasta el ilustrado Carlos III se asombraría de cómo la Corona española se codea con la sociedad.Nunca en la ajetreada historia de España los jóvenes habían convivido en una universidad con. un príncipe heredero. Los estudiantes de Derecho de la Autónoma podrán contar a sus hijos que compartieron aula con el futuro Felipe VI.

El rector, Cayetano López Martínez, asegura que la presencia del hijo del Rey no ha ocasionado trastornos en la actividad universitaria. "Su vida ha sido normal dentro de esta institución", manifestó.

De hecho, sus compañeros del campus se han acostumbrado tanto a verle pasear -siempre con guardaespaldas-, que el jueves pasado, a la salida de su último examen, no había más que fotógrafos y periodistas. Sólo siete chicas de primero de carrera, a la espera de sus notas, mostraron curiosidad por ver a don Felipe de Borbón.

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Colegio Rosales, COU en Lakefield (Canadá), varios años en los tres ejércitos -en los que alcanzó el grado de capitán-, carrera completa de Derecho y el 50% de Económicas, clases de Historia con la catedrática y miembro de la Real Academia de la Historia Carmen Iglesias, tres horas semanales de francés y, ahora, a los 25 años, un curso de especialización de dos años en. Relaciones Exteriores en Estados Unidos. Un currículo nada desdeñable para el futuro jefe de Estado. Además, el Príncipe encuentra tiempo para practicar una de sus aficiones favoritas: el deporte. Vela, natación, atletismo, esquí y squash son las especialidades practicadas por el heredero.

En los Juegos Olímpicos de Barcelona, como miembro del equipo español de vela, demostró una gran preparación. Y es que el ejercicio físico también ha desempeaño un papel fundamental en la educación de don Felipe de Borbón, ya que, como manifestó antes de los Juegos Olímpicos, "el deporte es un buen complemento, forma el carácter, se aprenden valores, a responder ante las dificultades y a tomar decisiones".

Por si fuera poco, el Príncipe tiene que atender sus deberes como futuro jefe de Estado: viajes oficiales, audiencias, cenas, entrega de premios y una larga lista de actos coronan la vida de un príncipe educado para reinar en el siglo XXI.

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