Los observadores internacionales logran entrar en Gorazde, donde hay restos humanos en los árboles
"Hay restos humanos enganchados en las ramas de los árboles", informó ayer, desde Gorazde, el radioaficionado Mustafá Kurtavic, que ha sido el único vínculo con el exterior de esta ciudad de Bosnia, asediada hasta la llegada de los primeros observadores internacionales, el miércoles por la noche. Gorazde pasó ayer un día relativamente tranquilo, al cesar los bombardeos serbios cuando los observadores recibieron al fin el permiso para entrar en la ciudad. No obstante, la suerte de Gorazde está ya echada, según todos los observadores bosnios, después de que los presidentes de Serbia y Croacia, Slobodan Milosevic y Franjo Tudjman, respectivamente, hicieran finalmente público su acuerdo de dividir Bosnia-Herzegovina en tres Estados étnicos.
Este plan, cuyos primeros bocetos ya diseñaron Tudjman y Milosevic en la ciudad austríaca de Graz hace un año, condena a la población musulmana, mayoritaria en Bosnia-Herzegovina, a la subsistencia en dos enclaves, uno entre Sarajevo y Tuzla y otro en el pequeño territorio de la región de Bihac.Mientras, las fuerzas bosnias, espoleadas por las nuevas resoluciones diplomáticas que condenan a su comunidad a vivir en dos reservas inviables económicamente y siempre amenazadas militarmente por serbios y croatas, prosiguieron su ofensiva en torno a Kakanj y en otros frentes de Bosnia central.
Los éxitos militares logrados por las fuerzas bosnias, de mayoría musulmana, en la región de Travnik, Vitez y Kakanj, han sido considerables en las últimas dos semanas. Sin embargo, el plan de división expuesto por Tudjman y Milosevic hace prever una fuerte contraofensiva croata en todos los frentes.
Menos combates
En general, los combates bajaron ayer de intensidad en toda Bosnia-Herzegovina a la espera del alto el fuego que debe entrar hoy en vigor, según portavoces de las fuerzas de las Naciones Unidas para la antigua Yugoslavia (Unprofor). No obstante, la tensión permanece en la región de Mostar, en la Herzegovina, donde croatas y musulmanes velan armas tras los intensos combates de las pasadas semanas. Los cascos azules españoles están concentrados en esta zona y tienen su base cerca de Mostar.
La guerra continúa provocando una cadena ininterrumpida de éxodos tras las conquistas militares. Alrededor de 15.000 croatas anunciaron ayer que comenzarán a abandonar el pueblo de Varés, en Bosnia central, donde encontraron refugio tras la conquista por los musulmanes de la localidad de Kakanj.
Por otra parte, ante el referéndum convocado para el fin de semana en la Krajina, territorio croata ocupado por fuerzas serbias desde 1991, el Ejército de Croacia está concentrando gran número de tropas en Dalmacia septentrional, y algunas fuentes auguran una rápida ofensiva en caso de que el presidente serbio, Slobodan Milosevic, no haya ofrecido a su homólogo de Croacia, Franjo Tudjman, la suspensión de la consulta, en el marco de su acuerdo bilateral de repartición de Bosnia.
El referéndum convocado por las autoridades serbias de la Krajina tiene por objeto la anexión de estos territorios ocupados en Croacia a la autoproclamada república serbia de Bosnia. Nadie duda de que el voto afirmativo obtendrá una mayoría abrumadora. Este paso es el primero hacía la unificación de todos los territorios ocupados por fuerzas serbias en las repúblicas vecinas de Croacia y Bosnia con la propia república de Serbia.
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