Tráfico 'inaugura' la M-40 como vía reservada a autoridades
EL PAÍS La comitiva oficial de Juan Pablo II estrenó ayer, en su camino desde Barajas hasta el palacio de la Zarzuela, una vía exclusiva para autoridades: la M-40. Por primera vez, la Dirección General de Tráfico (DGT) -dependiente del Ministerio del Interior- cerró un cinturón de circunvalación, durante un cuarto de hora, al paso de la caravana papal. El atasco engulló a cientos de conductores, y otros -avisados por las emisoras- debieron cambiar sus planes.
El 31 de octubre de 1982, en su primera visita a España, Juan Pablo II ya recorrió en solitario la carretera de Barcelona y la avenida de América, aclamado por miles de personas.Justo nueve años después, el 31 de octubre de 1991, los altos dignatarios que acudieron a la Conferencia de Paz sobre Oriente Próximo disfrutaron de un único carril -el carril Bush- reservado en la carretera de Barcelona. En la apertura de las negociaciones, el estadounidense George Bush y el soviético Mijaíl Gorbachov desfilaron entre conos de plástico desde el aeropuerto hasta el Palacio Real.
Un portavoz de la Dirección General de Tráfico explicó ayer que "se ha cortado la M-40 por primera vez simplemente porque antes no existía esta alternativa". Sin embargo, este tramo de la autovía de circunvalación -distribuidor Este y vía Borde de Hortaleza- fue abierto a la circulación rodada el 31 de julio de 1991, es decir, tres meses antes de la Conferencia de Paz.
Para los responsables de Tráfico, el itinerario seguido ayer por la comitiva papal -que se mantuvo en secreto hasta el último momento- origina menos complicaciones porque está más alejado de las áreas centrales de la ciudad. Y por esta razón se prevé utilizarlo en el futuro.
Ni la DGT ni el Gabinete de Información de Tráfico del Ayuntamiento observaron ayer en sus monitores de televisión atascos o retenciones de importancia en torno a las diez de la mañana durante los 15 minutos que la caravana oficial necesitó para llegar a la Zarzuela. El tramo de la M-40 afectado por la caravana oficial es el arco descrito desde: la carretera de Barcelona hasta. la de Burgos. El itinerario del Papa discurrió después por la avenida del Cardenal Herrera Orial, donde la Policía Municipal le flanqueó el paso.
No es la primera vez que Tráfico corta la circulación en una autovía (aunque no en una circunvalación) para garantizar la seguridad de personalidades. Así ocurrió el 7 de abril en la carretera de La Coruña, con ocasión del funeral por don Juan de Borbón.
Ayer, las complicaciones se reprodujeron alrededor de las doce de la mañana, cuando Juan Pablo II se dirigió, junto con su séquito y escoltas, a su residencia en Madrid, la sede de la Nunciatura, en la aven0ida de Pío XII. En este trayecto, las retenciones afectaron al nudo de. Manoteras (M-30 y carretera de Burgos) y a la autovía de Colmenar. Lo mismo ocurrió tras concluir la consagración de la Almudena, sobre las nueve de la noche.
Aunque las principales vías de acceso registraron ayer la intensidad habitual -lo que significa que los,residentes en el área metropolitana utilizaron el coche para acudir al trabajo en la capital-, la circulación en el centro discurrió con fluidez. "Parece que los conductores han preferido aparcar en las afueras para moverse después en transporte público", explicó Tráfico.
Los automovilistas se han vuelto previsores ante los desvíos de las grandes celebraciones, y seguramente renunciaron ayer a buena parte de sus planes cotidianos. Sólo así se explica que el problema no fuera mayor.
Pasadas las cinco de la tarde, el Papa se dirigió a la Almudena, saludado por miles de ciudadanos, y atravesó la capital de punta a punta en apenas un cuarto de hora. La Policía Municipal volvió a utilizar el sistema de cortes escalonados: abrir paso a las comitivas sólo cinco minutos antes de su llegada a cada cruce.
"Más que una visita"
El concejal de Seguridad, Carlos López Collado, aseguró ayer que el Ayuntamiento se ha limitado a seguir las indicaciones del arzobispado, que organiza la visita papal. Ante el acto religioso previsto hoy en Colón, López Collado afirmó: "Es dudoso que el centro de la ciudad sea menos seguro, la Castellana es una vía con gran capacidad, donde cabe lo que se quiera, y además, la pendiente de la calle de Génova facilita la visión del público".
Para el edil, el Ayuntamiento estaba dispuesto a habilitar "cualquier zona" porque la presencia de Juan Pablo II "es más que una visita de Estado".
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