Los mediadores intentan en Zagreb evitar un fracaso dramático

Los mediadores de la Comunidad Europea (CE) y las Naciones Unidas en la guerra de los Balcanes, David Owen y Thorvald Stoltenberg, llegaron ayer a Zagreb para tratar de evitar un nuevo y dramático fracaso de sus intentos de frenar el conflicto. Ambos decidieron acudir a la capital croata para entrevistarse con el líder de los croatas de Bosnia-Herzegovina, Mate Boban, tras esperar inútilmente que éste acudiera a Ginebra, y con el presidente croata, Franjo Tudjman.Boban aprovechó su estancia en Zagreb para asegurar que si las fuerzas de las Naciones Unidas no son capaces de detener la guerra deben abandonar Bosnia. "Unprofor (la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas desplegada en la antigua Yugoslavia) debe estar allí para detener la guerra y no para engañar a la gente".

Las expectativas de que el miércoles se celebre en Ginebra de una cumbre entre los presidentes de Serbia, Slobodan Milosevic; Croacia, Franjo Tudjman, y Bosnia-Herzegovina, Alia Izetbegovic, parecían desmoronarse ayer.

Los márgenes para esta negociación parecen cada vez menores por la dinámica propia de la guerra de conquista de "espacios vitales" que se disparó tras la firma del acuerdo 4+1 en Washington. Las tres partes contendientes interpretaron este acuerdo firmado por Estados Unidos, Rusia, España, Francia y el Reino Unido como el anuncio formal de que la comunidad internacional aceptaría las conquistas territoriales que fueran capaces de conseguir.

Si el plan Owen-Vance ya incitó a la limpieza étnica de las minorías por parte de las fuerzas armadas de la comunidad étnica a que se otorgaba la supremacía en cada provincia, el acuerdo de Washington ha acabado incluso con las limitaciones territoriales a esta limpieza que suponían para croatas y musulmanes las fronteras entre las provincias a ser dominadas por ellas.

Así, pocos días después de conocerse el acuerdo 4+ 1, las fuerzas musulmanas lanzaron su primera gran operación de limpieza étnica en torno a la ciudad de Travnik, con el resultado de centenares de muertos croatas, miles de desplazados y la reapertura de campos de concentración serbios en el norte de Bosnia para los croatas.