El Gobierno bosnio acepta el plan de la ONU por los ataques contra zonas protegidas
, ENVIADA ESPECIALLa presidencia de Bosnia manifestó ayer su disgusto con la nueva resolución sobre las zonas protegidas aprobada el viernes por el Consejo de Seguridad de la ONU. Los responsables bosnios afirman que la comunidad internacional ignora el genocidio de la población musulmana y reclaman el levantamiento del embargo de armas que pesa sobre la antigua república yugoslava por su derecho a la autodefensa. Pese a ello, el pragmatismo se ha impuesto y el Gobierno, atenazado por la ofensiva serbia contra los enclaves de Bosnia oriental, ha aceptado cooperar en la aplicación de la resolución.
Para los gobernantes bosnios, el Consejo de Seguridad no ha respondido de forma adecuada
ni rápida a la agresión que sufre "un Estado soberano, miembro de las Naciones Unidas" Además, ha privado a Bosnía Herzegovina de su derecho a la legítima defensa. "El resultado de esta negligencia", aseguraba el comunicado oficial emitido ayer, "ha sido la muerte de 200.000 personas, la expulsión de otro millón y medio de sus hogares y 1a casi total ocupación del territorio bosnio".
Sin embargo, la crítica situación que atraviesan algunos de los enclaves protegidos, como Gorazde, que está a punto de sucumbir bajo la artillería serbia, y el riesgo de que la ofensiva se extienda abiertamente a otros, como Srebrenica, Sarajevo o Bihac, han llevado a los responsables políticos de Bosnia a aceptar la resolución 836 y a cooperar en su aplicación.
En opinión de los gobernantes bosnios, el documento aprobado el viernes presenta una serie de vacíos que podrían paliarse con las siguientes propuestas:
- Inclusión, dentro de las zonas de seguridad, no sólo de los núcleos urbanos, sino del territorio del que dependen económicamente.
- Establecimiento de pasillos azules, o corredores protegidos por las Naciones Unidas que conecten estos enclaves con el resto del "territorio bosnio liberado".
- Destrucción de la artillería pesada serbia que amenaza los enclaves.
El Gobierno de Bosnia, que preside Alia Izetbegovic, espera que la resolución sirva por lo menos para frenar los avances serbios contra los enclaves, en un momento en que su Ejército, sin apenas medios materiales, tiene que atender otros frentes abiertos por las milicias croatas en Bosnia central y Herzegovina. La resolución sería, en definitiva, un paso intermedio que debería acompañarse del despliegue de observadores en las fronteras de Bosnia-Herzegovina y de otra resolución del Consejo de Seguridad en apoyo del plan de paz Vance-Owen.
Por otro lado, el portavoz de la ONU, Joe Silis, afirmó ayer que tras la visita del secretario general de la organización, Butros Gali, a Tunez "el Gobierno de ese país ha aceptado en principio enviar fuerzas militares a Bosnia Herzegovina".
Niños muertos en Gorazde
En las últimas horas las milicias serbias siguen atareadas en Bosnia oriental. El enclave de Gorazde vivió ayer su décimo segundo día consecutivo de bombardeos. Por la mañana, seis civiles, entre ellos tres niños, habían perdido la vida. Según Radio Bosnia, la ofensiva se ha extendido a la cercana ciudad de Srebrenica, que, como Gorazde, es una de las seis zonas protegidas. Las Fuerzas de Protección de la ONU (Unprofor) no pudíeron confirmar el ataque. Lo que sabe perfectamente Unprofor es que las cóndiciones resultan ya insoportables en este enclave, que lleva cerca de dos semanas sin una gota de agua: las milicias serbias continúan denegando el acceso de los cascos azules a la estación hidraulica de Zeleni ladar, que abastece a la ciudad.
Sarajevo vivió ayer una Jornada muy tranquila: sólo 120 impactos de artillería llegados desde las posiciones serbias que rodean la ciudad. Con la calma relativa y el buen tiempo las calles del centro han vuelto a llenarse de gente y ya se ven algunos puestecillos de ropa y de libros al aire libre.
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