CATALUÑA:

A la sexta parece que tampoco será la vencida. Convergéncia i Unió (CiU) se quedaba anoche, con el 96% de los votos escrutados, muy cerca, pero sin vencer por primera vez a los socialistas catalanes en unas legislativas. Los nacionalistas se disputaban con el PSC, entrada la madrugada, un escaño de Tarragona que debía ser el que inclinara el fiel de la balanza en favor de una u otra candidatura. Aunque CiU pueda lograr el escaño número 18, que le daría mayoría de diputados, es seguro que iba a quedar dos puntos detrás de los socialistas en número de votos.CiU aspiraba al sorpasso precisamente en las elecciones cuyos resultados auguraban que su papel sería el más decisivo desde 1977. Sin embargo, la consecución de cerca de 160 años por parte del PSOE hace menos indispensable su aportación para la formación de un gobierno de minoría y diluye la contundencia del Ara, decidirem (Ahora, decidiremos) de su campaña electoral, aunque su contribución es evidente que será necesaria para garantizar una legislatura estable.

El mantenimiento del voto convergente y el fuerte ascenso del PP han movido el fiel de la balanza hacia el centro derecha (CiU y PP) frente a la izquierda (PSC e IC) equilibrado en 23 escaños en 1989 y que ahora pasaría a ser de 25 a 22 en favor de los primeros, si se incluye en el segundo bloque a la diputada de Esquerra.

Los socialistas, tanto si quedan por delante como por detrás de CiU, han aguantado suficientemente el tirón como para que su voz sea tenida en cuenta cuando se abra el diálogo entre socialistas y nacionalistas ante la próxima legislatura.

El Partido Popular confirma las expectativas de un ascenso significativo al pasar de cuatro a ocho diputados -menos de los 11 deseados-, con lo que rondará el medio millón de votos que se había puesto como objetivo oficial, una cifra que en su día consiguió en Cataluña el centrismo de Adolfo Suárez y que significará el definitivo ingreso por la puerta grande del PP en la política catalana.

Su ascenso ha castigado tanto a CiU como al PSC en distintas áreas geográficas. En el caso de la ciudad de Barcelona es notable el número de votos que los populares han arrebatado a los nacionalistas, lo que ha permitido al PSC reducir considerablemente la ventaja de 50.000 votos que CiU logró en 1989.

En el cinturón industrial, por contra, el crecimiento popular se hace a costa de la izquierda, lo que sitúa al PP en muchas localidades del área metropolitana como tercera fuerza, desplazando a Iniciativa per Catalunya (IC).

Las otras dos fuerzas con perspectivas de lograr representación han respondido a las previsiones. IC, socio de Izquierda Unida, ha logrado mantener sus tres diputados por Barcelona, pese a que en las últimas semanas se experimentaba cierta tendencia al voto útil socialista ante el peligro de victoria conservadora.

ERC logró su objetivo de colocar a Pilar Rahola en el Congreso y recuperar el escaño que perdió en 1986. Los independentistas, sin embargo, quedan bastante lejos de los 200.000 votos que lograron en las autonómicas del pasado año.

El capítulo de quienes se han quedado sin representación lo abre, confirmando las previsiones, el CDS, que pierde parte de los 22.000 votantes que aún tenía.