El responsable de Exteriores de la CE exige una reacción de los Doce
El comisario de Asuntos Exteriores de la Comunidad Eureopea (CE), el holandés Hans van den Broek, hizo ayer un dramático llamamiento a los europeos para que reaccionen ante la escalada de la guerra y de la violencia en Serbia, en una conferencia pronunciada en la universidad de Tilburg (Holanda). El comisario afirmó que "las declaraciones ya no bastan" y dijo que "el coste del apaciguamiento es ya demasiado alto".Los últimos acontecimientos (los asesinatos de cooperantes italianos y daneses de las Naciones Unidas y de un cámara de la televisión belga, el ataque a un barco italiano y la eliminación de la oposición democrática en Belgrado) han creado un enorme sentimiento de malestar en medios de la Comisión Europea.
La durísima declaración de Van den Broek responde a la filosofia expresada de forma tácita por el propio presidente de la Comisión, Jacques Delors, quien se considera atado por el deber de reserva y no ha podido explicar su posición muy crítica con la moderación de los Doce, pero que no quiere obligar a sus colegas al silencio en una cuestión de conciencia.
Moderación sin respuesta ,
Van den Broek aseguró que cada intento moderado de disuasión, sean negociaciones, treguas, sanciones, reforzamiento de sanciones, prohibición de sobrevuelo o zonas protegidas, se ha encontrado con bombardeos, asesinatos, violaciones y una nueva ola de limpieza étnica ". Van den Broek califica de "ambiciosos y cínicos" a los líderes serbios, a los que cita por su s nombres: "Milosevic, Karadzic y MIadic no quieren saber nada y no les importa en absoluto la cooperación y la interdependencia".
El comisario, que ha sido ministro de Exteriores de su país hasta el pasado mes de diciembre, asegura que el plan de paz Vance-Owen, "a pesar de sus deficiencias, debe ser aplicado como única base disponible para la paz". Para Van den Broek, la aplicación del propio plan debería implicar el suministro de armas a los musulmanes bosnios.
Van den Broek considera que la CE no puede seguir preocupándose "del precio de la leche o de los aranceles sobre los plátanos" y a la vez carecer de una política de prevención de los conflictos. "No somos nosotros quienes hemos elegido la violencia", asegura, en un anuncio velado de hipotéticas iniciativas europeas.
Y se pregunta: "¿Cómo podríamos disuadir a quienes sienten particular afinidad con las víctimas de la agresión en Bosnia en el mundo islámico para que no tomen una acción por su mano si nosotros nos mantenemos pasivos?".
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