Una bandera para presumir
La bandera azul ha sido concedida este año a 229 playas y 51 puertos españoles, 35 más que el año pasado y 72 más que hace dos años. España se convierte así en el país de la CE que cuenta con más banderas azules en sus costas; acapara casi la quinta parte de las 1.478 concedidas este año y que fueron presentadas ayer en toda Europa. Los galardones son dados por la organización no gubernamental Fundación Europea de Educación Ambiental; pero cuentan con el respaldo y apoyo económico de la Comisión Europea por ver en esta iniciativa un estímulo interesante para que los municipios se preocupen por conseguir playas y puertos más limpios y seguros, y para elevar el grado de conciencia ambiental del turismo.En cuanto a playas, sólo Grecia adelanta a España en número de banderas azules; en puertos, le gana Dinamarca. De la suma de los dos sale el primer puesto para la costa española.
En esta ocasión, han sido rechazadas 170 candidaturas nacionales para tener este distintivo. Por comunidades autónomas, el mayor número de banderas azules lo registra la Comunidad Valenciana, con 70 enclaves. Le siguen Baleares (69), Andalucía (47), Galicia (34) y Cataluña (15). El bajo número de la costa catalana se debe, según un representante de la campaña, a una serie de: tormentas que afectaron a los análisis de aguas. "Creemos que es injusto, pero son las estadísticas", dice.
Cantabria tiene 14 banderas; Murcia, 13 y Canarias, 10. Los últimos puestos son para el. País Vasco, con 6 playas y puertos, y Asturias, con 2. Huelva y Málaga son las provincias que más han mejorado, respecto a campañas anteriores. La escasa presencia de estas banderas en Asturias se debe a las escasas peticiones de los ayuntamientos.
Iniciativa voluntaria
Pedir la bandera azul es una iniciativa voluntaria que parte de los municipios, que ven en ella una baza para su imagen y promoción, y envían motu propio los datos. Dos jurados, uno nacional y otro internacional, analizan y contrastan esos datos para decidir si merecen el galardón. Uno de los casos más llamativos en que este verano no ondeará la bandera azul es La Concha, en San Sebastián. Fuentes de la campaña señalan que en 1992 tuvo algún problema con la calidad de sus aguas y que este año ha decidido no presentar la candidatura. 30 playas que reunían muy buenas condiciones no han obtenido la bandera por tener planteados contenciosos con la Administración, principalmente por construcciones ilegales.
Los ayuntamientos no pagan nada por el galardón. "No pagan ni las banderas, que son fabricadas en Holanda y cuestan 6.000 pesetas cada una", dice un representante de la campaña.
Eduardo Peris, responsable de la campaña en España, dijo ayer que las banderas azules pretenden ser un reconocimiento a aquellos puntos costeros que alcanzan un nivel óptimo de educación ambiental.
La campaña de playas y puertos con bandera azul nació en Francia en 1985 y se extendió a toda la CE en 1987. La CE respalda la campaña; pero toda la organización corre a cargo de la Fundación Europea de Educación Ambiental, creada en 1982 por un grupo de expertos de educación ambiental del Consejo de Europa. La rama española de esta fundación es la Asociación Española de Educación Ambiental y del Consumidor.
El año pasado, la Secretaría General de Turismo firmó un acuerdo para contribuir a su promoción, por entender que la campaña tiene un fuerte gancho turístico. Una cosa hay que dejar clara: nada tiene que ver esta campaña con los informes de la calidad de las aguas de baño que anualmente elabora la CE a partir de los análisis en viados por los ministerios de Sanidad y Consumo. Aunque estas muestras, realizadas por las Comunidades Autónomas, forman parte de los criterios de concesión de banderas. Se tiene en cuenta además la limpieza de arenas y recogida de basuras; los puestos de vigilancia, socorrismo y primeros auxilios; los accesos fáciles y seguros; la prohibición de acampada incontrolada, circulación de vehículos a motor y presencia de animales domésticos; la existencia de duchas y fuentes con agua potable; la señalización y respeto de la legislación litoral y la existencia de programas de educación ambiental.
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