La neutralidad del Tribunal Supremo

La convocatoria de elecciones ha condicionado notablemente la conducta de la Sala Segunda del Tribunal Supremo en relación con todos los casos en los que están implicados diputados y senadores en general, y en el caso Filesa en particular.El Tribunal Supremo quiere mantener una absoluta neutralidad en los comicios para salvaguardar el prestigio de la institución y trata de evitar a toda costa que ningún partido político pueda utilizar los procesos que se tramitan en el alto tribunal contra aforados pertenecientes a los partidos que concurren a las elecciones.

El pasado 23 de abril el Pleno de la Sala Segunda del Supremo acordó la congelación en la práctica de la tramitación del caso Filesa y del resto de las causas afectadas por la convocatoria de elecciones.

El acuerdo, con el voto en contra del juez Marino Barbero, supuso para alguno de los asistentes quitar "la licencia para matar" al instructor de Filesa. Sin embargo, pocos días después Barbero atacó de nuevo al convocar para tres días antes de las elecciones la ratificación del informe de los peritos del caso Filesa en el que se vinculaba a esa empresa con la financiación irregular del PSOE.

El fiscal y las partes criticaron duramente a Barbero, por considerar que esa diligencia no era urgente ni inaplazable como el instructor señalaba.

El propio Barbero rectificó la fecha de la práctica de la prueba, retrasándola hasta el día 8 de junio, dos días después de la consulta electoral.

Barbero decidió entonces elevar a la Sala un informe, que ésta le había pedido hacía meses, en el que destacaba la existencia de indicios de criminalidad en la conducta del senador Josep Maria Sala.

Este informe ha sido guardado en un sobre lacrado hasta que pasen las elecciones, para no interferir en el proceso electoral, si bien su contenido ya trascendió a los medios de comunicación.