Un traje a la medida
Una excepción que ha asombrado a Hollywood es la negativa de Steven Spielberg a realizar proyecciones anticipadas de su Parque Jurásico. Este atrevimiento, reservado a pequeñas películas de autor, no ha sido bien recibido por una industria que sólo concibe un parámetro del éxito: la aceptación masiva del publico. Las palabras de un conocido productor terminan de definir el concepto: "No reajustar la película dependiendo de las reacciones del público antes del estreno es como ir al sastre y llevarte un traje sin siquiera probártelo".Traje a la medida, pues ha batido todos los récords de proyecciones anticipadas, es Sliver, la nueva película de Sharon Stone tras el éxito de Instinto básico. Escrita y producida por Joe Esterzhas y dirigida por el australiano Philip Noyce, ninguno de ellos parecía seguro del final que debía tener la historia. Se rodaron tres finales diferentes y se decidió qué versión estrenar finalmente en función del recibimiento por parte del público.
Tanto Indecent proposal como Sliver explotan el rentable filón del erotismo de estética publicitaria. En casos así, los autores sufren un peligro añadido, la MPAA (Motion Pictures Association of America), establece una calificación de la película que no implica una censura directa, pero en la práctica limita la exhibición de cualquier filme calificado NC17 (para mayores de edad).
Las películas europeas no están exentas de este control. Louis Malle tuvo que recortar su película Herida para conseguir evitar la calificación NC17: "Tienen una valoración completamente distinta para con el sexo que para con la violencia. Me sorprendió lo mucho que les molestaban ciertas posturas de los actores al hacer el amor. Con la posición del misionero no hay problemas, pero en cuanto la mujer se coloca encima del hombre, empiezan a sugerirte cortes", dijo.
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