Tíbet vive sus más violentas protestas contra Pekín desde 1989

La policía china utilizó ayer gases lacrimógenos para dispersar a varios centenares de tibetanos que se manifestaban en Lhasa por segundo día consecutivo para protestar contra las detenciones masivas que, según diversas organizaciones de derechos humanos con base en Londres y la Red de Información de Tibet, practicó el Gobierno chino la semana pasada para impedir los contactos entre éstos y un grupo de embajadores de la Comunidad Europea (CE).

El Ministerio de Exteriores chino reconoció ayer que tres tibetanos fueron detenidos antes de la llegada a Lhasa. de los embajadores de la CE. Uno de los detenidos fue puesto en libertad el mismo día. "La razón para detener a los otros dos es que han robado una gran cantidad de secretos estatales y están envueltos en actividades separatistas que amenazan la seguridad nacional de China", indica el comunicado de Exteriores, que desmiente la detención de 100 tibetanos.Los representantes de la CE -que preparan un informe- fueron invitados por el Ministerio de Exteriores chino a visitar Tíbet precisamente para acallar las críticas sobre la supuesta represión que el Gobierno chino ejerce de los derechos humanos de los tibetanos.

Con el uso de gases lacrimógenos, la policía -apostada en los tejados del centro de la capital tibetana y con numerosos efectivos por las calles- trató de disolver a los manifestantes e impedir las nueve horas de demostración que hubo el lunes pasado. Ese día la protesta fue mucho más violenta, y los manifestantes, que rondaban los 2.000, arrojaron piedras contra los edificios estatales.

Fuentes policiales calificaron las protestas de "actividades contrarrevolucionarias" y las consideraron como las más graves habidas en Tíbet desde 1989.

Días atrás, Pekín condenó al Reino Unido por la entrevista mantenida el pasado 12 de mayo entre el líder espiritual tibetano, el Dalai Lama, y el secretario del Foreign Office, Douglas Hurd.