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Tribuna:Elecciones 6 junioEL ESTADO DE LA NACIÓN
Tribuna
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Los parados se mueven hacia ninguna parte

Los españoles, viven atrapados por una economía que es incapaz de crear más de 12 millones de empleos

Andreu Missé

¿La economía española está condenada a no poder emplear a más de 12 millones de personas, los mismos que hace 28 años? ¿Es imposible dar trabajo a los más de 300.000jóvenes que cada año terminan sus estudios? ¿Tiene sentido que los trabajadores españoles sean tan productivos como los norteamericanos, trabajen 300 o 400 horas anuales más que los europeos y al mismo tiempo exista el doble o el triple de tasa de paro que en la mayoría de los países occidentales? En- definitiva, ¿es el paro una maldición para los españoles?El problema del trabajo en España no es ajeno a la profunda transformación social que ha sufrido el país en los últimos 15 años. La población en edad de trabajar ha aumentado en casi cinco millones de personas desde 1975. En el mismo periodo, más de dos millones de agricultores han sido expulsados del campo y otras tantas personas se han incorporado a los servicios. Los españoles han pasado de emigrar a emplear a más de 400.000 extranjeros. Este panorama tan diverso ha conducido a que la búsqueda de empleo se haya convertido en una verdadera odisea para millones de personas.

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Ignacio Escamilla, de 22 años, electricista, es uno de estos cientos de miles de jóvenes inmovilizados por el paro. "He trabajado de aprendiz de cocinero sin contrato. Después, un año y medio en una empresa de instalaciones eléctricas hasta que fui a la mili. A la vuelta trabajé en otra empresa hasta que cerró, y tres meses en Pryca. Ganaba 160.000 pesetas al mes, pero trabajaba todas las horas del día. Sábados y domingos, de ocho de la mañana a diez de la noche sin parar. No me renovaron. Ahora cobro 9 1. 000 pesetas del paro. Le tengo que dar 25.000 a mi madre para la familia. Pero se me acaba el mes que viene. Me darán el subsidio, que es menos de la mitad. Busco por todas partes y preferiría trabajar por menos dinero y aprender algo. Me da miedo que me quede en casa como otros amigos hasta los 30 años".

Escamilla es un testimonio vivo de este absurdo modelo que se ha instalado en España, donde cada día hay más candidatos para un nuevo empleo mientras que los ocupados trabajan hasta 400 horas anuales más que en otros países competidores.

Altísima productividad

Así resulta la paradoja de que los trabajadores españoles son prácticamente tan productivos como los de Estados Unidos, cuya economía es mucho más intensiva en capital. Tan increíble como cierto. Los 118 millones de trabajadores estadounidenses produjeron el año pasado 5.866 miles de millones de dólares (producto interior bruto). Es decir, 49.712 dólares por trabajador, según datos de la OCDE. En España, la productividad por empleado es de 48.168 dólares, muy próxima a la norteamericana y equivalente al 97% de la media de la CE (véase el cuadro).

El mayor nivel de ocupación de otros países está también relacionado con un mayor peso del empleo parcial. En Holanda representa un 33% del empleo total; en EE UU y Reino Unido, un 20%, y en Francia y Alemania, más del 12%. La escasez de trabajo está replanteando todo el sistema laboral en Europa. Empresas como la automovilística BMW estudian seriamente la jornada laboral de cuatro días.

En España, a pesar de que la legislación que regula estos contratos es de 1980, los empresarios han sido muy reacios a su aplicación, lo que sin duda constituye una de las principales causas de la pésima distribución del trabajo y del elevado número de parados. El PSOE basa hoy su estrategia de lucha contra el paro en el fomento del contrato a tiempo parcial, previa su reforma legal.

El problema del paro ha suscitado un intenso debate en el que a veces es difícil deslindar entre los argumentos de las distintas posiciones ideológicas. El Banco de España, por ejemplo, especialmente en la época del anterior gobernador, ha culpado directamente a los crecimientos de los costes salariales como una causa directa de pérdida de competitividad y de empleo. Un alto funcionario del banco emisor sostiene que "el milagro español de fuerte creación de empleo a partir de 1985 fue producto de la moderación salarial de los años 83-84. Sobre esta base de recuperación de beneficios es cuando se dispara la inversión y el empleo".

El economista Jesús Alabarracín rechaza esta interpretación. "Los empresarios no crean más o menos empleo por que los salarios sean más o menos bajos. Cuando no hay demanda nadie crea empleo. Además estos últimos años está demostrado que sólo se crea empleo cuando la economía crece más del 2,6%".

Pero hay que admitir que en algunos casos la moderación salarial sí que ha salvado empresas. Hace pocas semanas, siguiendo el ejemplo de las francesas Potain, CIC-Bordeaux, Cristallerie Daum, los 1.000 trabajadores de la firma Unidad Hermética de Sabadell han firmado un acuerdo con su principal accionista, Electrolux, por el que se comprometen a congelar sus salarios durante tres años a cambio de mantener el empleo. El salario medio de un trabajador de Unidad Hermética es de 170.000 pesetas mensuales, 30.000 más que el convenio del sector.

Otro frente de la batalla es la regulación del mercado laboral. El economista Alfredo Pastor opina: "Con la actual legislación laboral, los costes financieros y nuestra situación geográfica, tendremos muy pocas empresas". El PP afirma que "la reforma del mercado de trabajo para que las empresas puedan contratar a más trabajadores" es uno de los objetivos de su programa.

En la necesidad de flexibilizar más la legislación laboral coinciden muchos expertos, pero es rechazada frontalmente por los sindicalistas. Para José María Zufiaur, de la ejecutiva de UGT, "la contratación temporal lo que ha significado es un proceso de sustitución de empleo fijo por temporal. No se puede olvidar que entre 1983 y 1991 se han perdido 1.800.000 empleos estables". Zuflaur desconfía también de la contratación a tiempo parcial, "que está regulada desde 1980, pero con poco éxito". "El problenía", añade, "es la falta de una gestión empresarial con visión de futuro".

Efectos de la natalidad

El crecimiento del paro se ha intensificado sobre todo en los últimos años. Los efectos del baby boom (aumento de la natalidad) de los años sesenta se han dejado sentir en los ochenta y noventa. Sólo en los últimos 10 años, la población activa -personas que trabajan o quieren trabajar- ha crecido en dos millones de ciudadanos, y, como sólo se han creado un millón de nuevos empleos, el número de parados se ha engrosado en otro millón.

El Estado ha dado respuesta a la mayor demanda de educación. En 1981 terminaron sus estudios 208.000 personas (82.000 universitarios y 126.000 de formación profesional), pero en 1991 los finalizaron 326.000, de los que 132.000 procedían de la Universidad. Las empresas son incapaces de generar el empleo necesario para atender esta avalancha de jóvenes que concluyen sus estudios y buscan un empleo.

¿Pero este gran esfuerzo de educación tiene que ver con la demanda del mercado? María Teresa Panizo, de 26 años, licenciada en Derecho por Alcalá de Henares, afirma: "He trabajado en informática, encuestas, propaganda electoral y un año vendiendo plazas de garaje. Trabajar de abogada es muy difícil. Tengo buenos conocimientos de francés, pero en todas partes piden un alto nivel de inglés. Mis hermanas lo tienen y no encuentran problemas".

Para la economista Paulina Beato, "ningún país del mundo puede absorber este aumento de la demanda de empleo. Hay que hacer una política activa de empleo para incorporar a más gente. Bajando salarios o bajando la productividad individual, pero no la de: la empresa, y empleando a más gente. Pero el paro que se genera por el fuerte aumento de la población activa tiene también su parte positiva. Es muy importante la gente que pasa de inactivos a buscar empleo. Es mucho más fuerte la capacidad de una economía para crear empleo con gente preparada".

En los países democráticos, la evolución del número de parados está siendo uno de los caballos dé batalla de todas las elecciones. En las presentes, más. En los últimos seis meses, los parados han crecido en más de medio millón y ya son más de 3.300.000 las personas que piden trabajo. Los ataques que hoy sufren los socialistas por la falta de ocupación son los mismos que en el pasado ellos infligieron a UCD.

Pero la historia de los últimos 10 años enseña también cómo una misma Política puede conducir, sorprendentemente, tanto al aumento del empleo como del paro. Entre 1985 y 1990 se crearon en España 1.740.000 empleos. Con ello sólo se había logrado cubrir algo más de los 1,6 millones de puestos de trabajo destruidos en los seis años anteriores, pero se abrieron muchas esperanzas. Jamás se había creado tanto empleo. El Gobierno estaba satisfecho y creía haber encontrado la fórmula ideal, que se basaba sobre todo en la contratación temporal, y como tal la presentó como modelo en el Plan de Convergencia. Pero a partir de 1991 volvieron a torcerse las cosas y volvió a caer el empleo. El último dato de ocupados de marzo pasado establecía la ocupación en 11,8 millones de personas. Ahora hasta el Gobierno sospecha que las medicinas de ayer tengan algo que ver con los males de hoy. El PSOE propone eliminar el contrato temporal, convencido de que su abuso ha acelerado la pérdida de empleo.

Los intentos frustrados de resolver el problema del paro han humillado a muchos Gobiernos en todo el mundo. La plaga del paro se ha convertido en el gran problema de toda Europa después de la caída del muro de Berlín, y su solución sigue fuera del control de los políticos y exige una estrategia supranacional. En tres décadas, el número de parados europeos ha pasado de tres a 17 millones de personas, mientras al mismo tiempo el número de personas que llegaban al mercado de trabajo en búsqueda de colocación crecía en 30 millones de personas, pero sólo se crearon 14 millones de puestos. Los europeos tienen ahora los ojos puestos en los americanos, que han creado 50 millones de empleos en los últimos años.

La preocupación por el empleo es cada vez más obsesiva entre los jóvenes. Y el paro se ha convertido en el gran debate nacional, en el que los padres empiezan a plantearse seriamente el reparto del empleo con sus hijos.

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LOS COMPROMISOS

PSOE. Pacto social

El PSOE considera necesario alcanzar un amplio pacto con los interlocutores sociales para crear empleo. Los socialistas piensan que la determinación de los incrementos de salarios y beneficios deben realizarse en el marco de los objetivos económicos generales. Plantean la supresión de los contratos temporales como medida de fomento de empleo y la promoción de los contratos a tiempo parcial.

PP. Crecer más

Izquierda Unida plantea el reparto del empleo mediante la reducción de la jornada legal máxima de trabajo, adelanto de la edad de jubilación a medio plazo a los 60 años, eliminación de horas extraordinarias y establecer una quinta semana de vacaciones. También plantea el incremento de la inversión, la potenciación de la empresa pública y reducir la precariedad en el empleo y el abanico salarial.

IU. Reducir jornada

El Partido Popular considera necesario un crecimiento estable y sostenido para crear empleo. Para ello considera necesario el aumento de las inversiones nacionales y extranjeras. El instrumento básico es un programa de ayuda a las pequeñas y medianas empresas de las que, en su opinión, depende principalmente la creación de empleo. Insiste en la reducción de impuestos que penalizan el empleo.

CIU. Diálogo social

El diálogo, la negociación y la concertación social serán objetivos de la acción de Gobierno que impulse CiU, para fomentar el empleo. Como medidas concretas propone reducir en dos puntos las cotizaciones a la Seguridad Social para aliviar a las empresas. Propone establecer contratos de aprendizaje para jóvenes de 16 a 20 años y fijar los periodos de duración de los ontratos en prácticas

PNV. Autoempleo

Para el PNV la política de empleo debe ir dirigida principalmente al fomento de la concertación social, promoción de nuevas profesiones que den respuesta a las necesidades actuales del mercado de trabajo, potenciación del autoempleo y adecuación de los programas de formación profesional. El PNV cree que la creación de empleo se conseguirá impulsando el crecimiento económico.

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