El Senado italiano autoriza el procesamiento de Andreotti por presunta relación con la Mafia
"Estoy aquí para pedir a todos los colegas un voto favorable a la autorización de mi procesamiento... Puedo decir, confiando sin duda también en la justicia terrena, que la tranquilidad de mi conciencia reposa en la certeza de que hay un tribunal que está por encima de toda contingencia y de toda mezquindad: el tribunal de Dios". Éstas fueron las declaraciones ayer del siete veces ex primer ministro italiano, Giulio Andreotti, ante el pleno del Senado que permitió que sea procesado por un presunto delito de Mafia. La Cámara alta italiana dio luz verde al proceso por una aplastante mayoría de senadores.
El pleno registró una aplastante mayoría favorable al proceso de Andreotti que no fue contabilizada en un número preciso de votos, ya que el Senado se pronunció a mano alzada, por primera vez sobre un asunto de este tipo.También el ex presidente del Gobierno alzó la mano para pedir su propio procesamiento y ese es el único gesto que hizo durante una larga sesión, que inició él mismo con la lectura de su discurso, prosiguió con la réplica del presidente de la comisión de suplicatorios, el ex comunista Giovanni Pellegrino y consumió casi cuatro horas de discusiones hasta llegar al voto.
Andreotti se mantuvo impasible incluso ante el incidente provocado por un diputado liberal célebre por su histeria y su histrionismo que, desde la tribuna de invitados, comenzó a insultar a senadores de la izquierda cuando el presidente de la Cámara Alta recriminó el tono duro de la intervención de un representante del movimiento La Rete.
Con las manos enlazadas ante el sempiterno traje cruzado de tono oscuro, el ex primer ministro informó al Senado de que el pasado 29 de abril, horas antes de que los diputados rechazaran escandalosamente la autorización para procesar por corrupción al ex líder socialista Bettino Craxi, él ya comunicó a la magistratura de Palermo que pediría ser procesado. También anuncié que, el pasado viernes, había prestado una primera declaración voluntaria ante el jefe de la Fiscalía palermitana, Giancarlo Caselli.
Intervención judicial
"No conozco ni he visto jamás en mi vida a ninguno de los personajes del mundo del crimen a los que mi nombre ha sido malévolamente asociado. Nadie jamás me sugirió, pidió o ni siquiera insinuó vagamente una intervención judicial mía o de otro tipo para favorecer a una banda, a sus dirigentes o a cualquiera de sus integrantes", destacó Andreotti.
"Sin embargo", añadió, "estos episodios han consumado ya a nivel de opinión, el inconmensurable daño que una odiosa campaña de mistificaciones y de calumnias intentaba realizar desde hace muchos meses, a través de declaraciones periodísticas, de visitas al extranjero que incluyeron contactos con servicios secretos, de varias peticiones impúdicas a la propia magistratura, con la perspectiva anunciada en una entrevista del ex alcalde de Palermo, Leoluca Orlando, de que a mí me esperaba o la cárcel o el mismo fin que al honorable Salvo Lima [asesinado por Cosa Nostra en marzo del año pasado]".
Además de Orlando, a cuya entrevista publicada por EL PAÍS el 16 de marzo pasado se refiere Andreotti, en este caso, como ya había hecho en repetidas ocasiones anteriores, el objetivo principal de los ataques del ex primer ministro son los arrepentidos y, en especial, Tommaso Buscetta y Francesco Marino Mannoia.
Andreotti insistió ante el Senado en que éstos y otros ex mafiosos que le han acusado de haberse entrevistado con capos como Salvatore Totó Riína y le han implicado en crímenes como el de Aldo Moro o el del general Carlo Alberto Dalla Chiesa, actúan como instrumentos de una venganza de Cosa Nostra por las medidas contra la delincuencia organizada que adoptaron sus gobiernos. También reiteró su intención y derecho a querellarse por calumnias, a pesar de la dificultad que plantean los acuerdos internacionales de protección de los arrepentidos.
Aplausos
"Mis perseguidores no han podido ser individualizados, de momento... Pero existe un clima en el que se tenía que evitar a cualquier coste motivos ulteriores de crítica y de apartamiento de las instituciones parlamentarias", a fin de que Italia no sufra factores de desestabilización adicionales, razonó Andreotti, para explicar por qué primero se opuso y finalmente ha terminado por aceptar su proceso. Su discurso fue aplaudido en los bancos de los partidos del Gobierno.
El informe de la comisión rogatoria del Senado señalaba que las declaraciones de los arrepentidos no tienen en este caso ni siquiera el valor de indicios. Estimaba, sin embargo, que el Parlamento italiano no podía negar a los magistrados la posibilidad de investigar hasta, eventualmente, llegar a la apertura de un juicio o archivar lo actuado por falta de fundamentos jurídicos.
Por otra parte, la Cámara de Diputados aprobó ayer la abolición de la inmunidad parlamentaria, salvo para las detenciones y los registros, en la primera de las cuatro votaciones parlamentarias que deberá superar el asunto.
Eta Beta, "cosa negra" y "cosa blanca"
La secretaría del Partido Socialista Italiano (PSI) discutió ayer sobre Eta Beta, que no es un grupo terrorista ni un nuevo sistema de gestión de las maltrechas finanzas del partido, sino la simple idea de una nueva agregación política, poco acorde con el actual dirigente máximo del partido, Giorgio Benvenuto.La ha lanzado Giuliano Amato en un caudal informativo donde siguen trepidando las noticias de corrupción, como la nueva detención, ayer, de Giuseppe Ciarrapico, el empresario amigo de Giulio Andreotti, o la apertura de un sumario relacionado con el desvío de las ayudas a Albania contra el ministro de Medio Ambiente, el socialista. Valdo Spini, primer investigado del nuevo Gobierno apenas 24 horas después de su investidura por el Senado.
Eta Beta mira a un nuevo mercado electoral en el que se habla también de la cosa negra, para designar el área irreductible en que confluyen la extrema derecha y los huérfanos del comunismo, o de la cosa blanca, en referencia al desestructurado campo que fue el sólido feudo democristiano.
El término partido tiende a esfumarse en. un gusto muy italiano por los juegos de palabras y en una incertidumbre que se refiere más a la configuración futura de los aparatos que a las bases del sistema de representación, ya que nadie sugiere soluciones para la democracia tal y como la conocemos.
Lo que sí se confirma en el actual estado de fragmentación de los partidos es la tendencia de los profesionales del parlamentarismo a borrar las fronteras entre derecha, izquierda y centro.
El problema parece ser que, en estos tiempos de cambio, nadie quiere quedarse en la derecha, reducto actual de un confesionalismo pleno que ni siquiera los obispos italianos defienden ya unánimemente. Mario Segni, el líder ex democristiano de los referendos, que hace sólo tres semanas pensaba en un polo de derechas mixto, entre confesional y laico, abre ahora su Alianza Democrática a los ex comunistas.
Eta Beta mira, en cambio, hacia los radicales de Marco Panella y hacia un eje lib-lab como el que sustentó el nacimiento de los socialdemócratas británicos. El nombre, al menos, puede hacer fortuna. Corresponde a un personaje de Walt Disney, célebre en los años cincuenta, famoso por su desparpajo y su capacidad de adaptarse a todo. Para Amato, es el símbolo de una nueva izquerda, que no es la de Benvenuto.
Entretanto, los jueces han vuelto a encarcelar a Giuseppe Ciarrapico, el empresario amigo de Giulio Andreotti, y han abierto un nuevo sumario contra Craxi.
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