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FERIA DE SAN ISIDRO

Finito de Córdoba actuó con fiebre y conjuntivitis

EMILIO MARTÍNEZ, Finito de Córdoba toreó ayer enfermo con 39 de fiebre y un fuerte ataque de conjuntivitis, que se le presentó por la mañana y no superó ni con medicamentos. El torero llegó al túnel de cuadrillas con mal aspecto y los ojos muy enrojecidos. Tras matar sus dos toros declaró a su mozo de espadas y a su hermano que hubo momentos en que no veía prácticamente nada. Al término de la corrida, y dado que no remitían sus síntomas, el médico le obligó a meterse en la cama para seguir un fuerte tratamiento.

Los otros dos matadores coincidieron en valorar al público como muy duro toda la tarde, lo que achacaban a la resaca habitual que se produce en Las Ventas al día siguiente de un gran triunfo, como el de Manzanares del miércoles. Ortega Cano añadía que él ya conoce mucho esta plaza y no le sorprendió las reacciones de los aficionados: "Mi único reparo es que no han tenido paciencia; en cuanto un muletazo me salía mal, escuchaba su voces desaprobatorias". El cartagenero, tras reconocer sus fallos con la espada, decía que la corrida de Torrestrella no fue mala en general, "aunque le faltó un punto de transmisión".

Caballero se vio bien en su segundo toro: "Le he pegado 15 buenos muletazos con los pies atornillados, pero el público, muy frío, no reaccionó porque recordaban la corrida anterior y lo querían todo perfecto". Del otro dijo que se rajó demasiado pronto.

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