Sexo, verduras y misticismo
E. C., Poco después de su denuncia, C. A. L. acudió a la Comisión Antiagresiones del Movimiento Feminista de Madrid, que, junto a una docena de grupos de mujeres madrileñas, organizó una recaudación de fondos para ayudarle a pagar el abogado. "Yo puse un cartel en la Escuela de Artes y Oficios para advertir a mis compañeras contra el anuncio del Segunda Mano", afirma la joven.
Y entonces surgieron ocho chicas más de la citada escuela que aseguran haber pasado experiencias muy similares a las presuntamente vividas por C. A. L., aunque sólo en uno de esos casos hubo también violación: ejercicios masturbatorios entre las pretendidas modelos, zumos llenos de pastillas, discursos sobre energías negativas y positivas, tocamientos para alimentar la inspiración, insultos y comentarios obscenos.
"A mí y a mi amiga nos subyugó por completo", comenta una de las implicadas, también estudiante de Arte, que acudió al anuncio de Benedicto hace dos años, cuando sólo contaba 17. "Tenía una fuerza y una personalidad increíbles. Alentaba nuestras confidencias y hubiéramos sido capaces de hacer lo que nos hubiera pedido. Estábamos completamente ¡das, sobre todo después de las comidas, una mezcla de verduras que trituraba en la batidora combinadas con todo tipo de pastillas", continúa. "Al principio nos hizo sentirnos de maravilla, el ambiente del taller era mágico y nos fascinó con sus teorías sobre la inspiración", explica la joven. "Sin embargo, nunca le vi dibujar ningún boceto mientras estábamos posando".
Esta joven y su amiga permanecieron un fin de semana con él y decidieron salir del taller cuando, según cuentan, intentó propasarse con una de ellas. "Entonces nos insultó diciendo que estábamos demasiado tensas". Ninguna de las dos denunció los hechos, «porque estábamos asustadas y nos sentíamos culpables; después de todo habíamos permanecido allí voluntarianiente", dicen estas jóvenes.
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